¿Artritis a los 25?

¿Sientes dolor en las articulaciones? ¿Has notado hinchazón en tus muñecas, en los dedos de las manos, de los pies o en otras partes del cuerpo?  Ojo: estos son algunos de los síntomas clave que pueden dar indicios de una enfermedad crónica, inflamatoria y autoinmune conocida como artritis reumatoide. 

Se cree que la artritis solo puede darle a las personas mayores, pero lo cierto es que esta enfermedad afecta con mayor frecuencia a individuos de entre 25 y 50 años de edad.

Pero no hay que alarmarse. Una visita oportuna con un médico especialista en reumatología es lo que hace la diferencia en la calidad de vida de quienes la padecen.

En entrevista para Reporte Indigo, Sandra Miriam Carrillo, reumatóloga certificada por el Consejo Mexicano de Reumatología, dice que atenderse con un especialista a tiempo, “es de suma importancia”.

Para que el experto “pueda hacer el diagnóstico adecuado y valorar si el paciente presenta datos (clínicos) característicos de una enfermedad que puede ser progresiva o discapacitante”. 

Está demostrado que los pacientes que muestran cambios (en las manos y pies principalmente) en su radiografía desde el inicio de la enfermedad, “tarde o temprano llegarán a la discapacidad”, menciona la especialista.

De no tratarse esta enfermedad, la persona puede llegar a la incapacidad laboral. Incluso a la imposibilidad de realizar tareas de manera independiente para el cuidado personal, como comer o vestirse, explica Carrillo.

Hasta ahora las causas de la artritis son desconocidas y para poder diagnosticarla se tiene que hacer una valoración integral, que por lo regular realiza un reumatólogo capacitado y, en ciertas ocasiones, algunos médicos internistas, siempre y cuando tengan el entrenamiento adecuado. 

Y entonces se proporciona el tratamiento que más se acomode al paciente, ya que no todos los que padecen la enfermedad requieren de la misma medicación. 

Lo importante es atenderse con un especialista a tiempo. Y que se tome en cuenta que las terapias alternativas “pueden ser útiles para mitigar el dolor, pero nunca para tratar la enfermedad”, finaliza Carrillo.

Sobre todo si le da a personas jóvenes o en ocasiones a niños. Además, por cada tres mujeres, un hombre presenta artritis.