En el Hotel Xcaret Arte, el arte no se encierra en galerías ni museos. Aquí, las obras dialogan con la arquitectura, se mezclan con la selva y se dejan acariciar por los vientos de la Riviera Maya. Con una colección de alrededor de 500 piezas que van desde arte contemporáneo hasta diseño y artesanía, el hotel redefine la experiencia del arte al integrarlo con la naturaleza y el lujo.
La colección nació junto con el hotel, impulsada inicialmente por piezas de los socios fundadores. Desde entonces, ha crecido con adquisiciones estratégicas que complementan los guiones museográficos y las exhibiciones temporales.
El resultado es un acervo diverso que incluye arte moderno y contemporáneo de artistas mexicanos como Leonora Carrington, Jorge Marín, Rubén Maya y Sergio Bustamante, entre otros.
Judith Alanís Figueroa, curadora del Hotel Xcaret Arte y gerente de Fomento de las Artes, es la mente detrás de este ambicioso proyecto cultural, cuyo enfoque va más allá de simplemente adornar los pasillos del hotel con obras de arte.
En entrevista, Alanís comparte cómo esta colección ha cobrado vida, sus objetivos a futuro y los retos que implica curar una serie de piezas en un entorno tan particular como lo es el espacio abierto, donde el clima, la interacción con los huéspedes y el diseño arquitectónico juegan un papel crucial.
El origen de la colección, un proyecto en constante evolución
La colección del Hotel Xcaret Arte nació paralelamente a la construcción del hotel. “Inicialmente arranca con colecciones particulares de los socios, y conforme ya se va consolidando el programa de exhibiciones temporales, el propósito es ir adquiriendo piezas cada vez que hacemos una exhibición temporal o cada vez que requerimos complementar con alguna pieza en particular”, comparte Alanís.
De esta manera, la colección se ha ido conformando como un organismo vivo que crece y cambia según las necesidades del espacio y los curadores. En la actualidad, la colección incluye alrededor de 500 piezas, que abarcan desde arte moderno y contemporáneo, hasta artesanía y diseño de interiores, tales como mobiliario y luminarias.
“Todo el concepto del hotel tiene una congruencia con la propuesta arquitectónica, por eso, cuando comenzamos a documentar la colección, diferenciamos las piezas de diseño, las de ambientación, el arte popular, la artesanía y el arte”, añade.
El Hotel Xcaret Arte no solo celebra la tradición artística mexicana, sino también la vanguardia. Entre los nombres destacados en la colección figuran grandes exponentes del arte mexicano, como la surrealista Leonora Carrington, el escultor Jorge Marín, el pintor Salvador Jaramillo, y el artista plástico Rubén Maya.
También algunas obras de murales como la de Rubén Carrasco y las impresionantes esculturas de Sergio Bustamante. Estas obras representan una variedad de estilos y tendencias que abarcan desde lo figurativo hasta lo abstracto, creando un espacio visualmente diverso y enriquecedor.
El criterio para incorporar una pieza a la colección es claro: deben ser artistas mexicanos. “Por un lado, tenemos a los artistas de trayectoria que ya le dan un lugar importante al hotel, y por otro lado, estamos buscando artistas emergentes o colectivos que puedan tener intervenciones y activaciones en el hotel, para que haya una participación activa con los huéspedes”, señala Judith.
De esta manera, la colección busca equilibrar lo tradicional con lo contemporáneo, para crear un espacio para artistas consolidados y nuevos talentos.
Hotel Xcaret Arte integra arte y naturaleza
Lo que distingue a esta colección de otras es su integración con el entorno. En lugar de ser una serie de piezas aisladas, las obras están pensadas para complementar y dialogar con la arquitectura del hotel y la naturaleza circundante.
“Ha sido un trabajo de mucha observación, de mucho transitar por el lugar, conocer bien las piezas y, a partir de eso, imaginarlas”, platica Alanís sobre el trabajo de curaduría que se ha realizado.
Debido a la envergadura de algunas obras, como las esculturas monumentales, los montajes previos digitales han sido fundamentales para ubicar las piezas en el lugar adecuado, ya que moverlas físicamente no es tarea sencilla.
El diálogo entre el arte y la naturaleza es fundamental en este hotel, que busca ser un lugar donde los huéspedes disfruten del arte como espectador, pero también como partícipes de una experiencia sensorial.
Esta búsqueda de un contacto inesperado con el arte en el entorno refuerza la relación emocional de los huéspedes con las piezas y les permite descubrir la colección de manera orgánica; sin embargo, uno de los mayores desafíos de esta curaduría ha sido adaptarse a las condiciones climáticas de la Riviera Maya.
“El clima es un desafío permanente. Estamos en climas adversos, pero por otro lado, paradisiacos y maravillosos. Al principio me preocupaba, pero ahora creo que, considerando que así es la manera en que vivimos, convivir con el entorno es parte del proceso”, expresa.
La humedad, las lluvias y el calor son factores que influyen directamente en la conservación de las piezas al aire libre, pero el equipo de mantenimiento ha establecido procedimientos rigurosos para cuidarlas. “Tenemos todo un plan de resguardo de la colección en caso de huracán, sabemos cómo ubicar las piezas, cómo resguardarlas, cómo desmontarlas”, enfatiza la curadora.
El mantenimiento de las piezas es un trabajo constante, que implica limpieza, prevención y restauración. “Las piezas de madera y cobre reciben aceites de linaza y ceras, y las estamos trabajando manualmente con mucho cuidado”, añade Alanís. Además, los colaboradores de mantenimiento reciben capacitación especializada para aprender cómo cuidar y preservar las obras de arte, asegurando que cada pieza mantenga su integridad a pesar del paso del tiempo y las inclemencias del clima.
En Hotel Xcaret Arte se vive una interacción imprevisible con el arte
La experiencia del huésped en el Hotel Xcaret Arte va más allá de la simple observación del arte. Aunque algunas piezas se encuentran en áreas de alto tránsito, otras están ubicadas en espacios menos esperados, lo que genera una interacción inesperada.
Alanís reconoce que la relación del huésped con las obras es imprevisible: “Honestamente creo que es una cuestión imprevisible. En las áreas de tránsito, las personas se topan con las piezas, pero también tenemos algunas ubicadas en lugares ocultos para provocar la sorpresa”.
Esta intención de sorprender al espectador busca generar una conexión emocional más profunda con el arte, haciendo que cada encuentro con una obra sea único.
El trabajo en este proyecto ha representado un desafío personal para Judith Alanís, quien ha tenido que adaptar sus habilidades curatoriales a un espacio que no sigue las convenciones de los museos tradicionales. “Lo primero que he aprendido es la resiliencia, saber que en cualquier momento tienes que actuar, estar alerta y adaptarte a los cambios”, reflexiona.
Dicho enfoque dinámico, que reconoce la impermanencia de las cosas, ha sido clave para su éxito en este proyecto. A pesar de que el Hotel Xcaret Arte aún está en proceso de consolidarse como un referente cultural, Alanís se muestra optimista. “Se está construyendo, lo estamos construyendo”, afirma con convicción.
La colección sigue en expansión, y su impacto cultural continúa creciendo, demostrando que el arte es una parte esencial del concepto del hotel y una puerta abierta a la cultura mexicana para los miles de huéspedes que lo visitan cada año.
Este espacio no solo es un hotel, sino un viaje visual que invita a todos a descubrir la riqueza de la tradición y la modernidad de México a través de sus artistas, su historia y su naturaleza. En el Hotel Xcaret Arte, el arte no es solo algo que se observa; es algo que se vive.