Vivir durante esta crisis sanitaria no ha sido tarea fácil para nadie, menos para los millones de oficinistas que tuvieron que instalarse en sus casas para continuar su trabajo en lugares poco ideales.
Volver a una rutina fuera de nuestras casas será, sin duda, una tarea ardua, pero además riesgosa para aquellos que ya se les pide volver poco a poco a sus cubículos y terrenos laborales, pero, ¿qué garantías ofrecen las empresas para que estos inmuebles sean seguros para sus empleados?
Bajo la concepción de tener un entorno que pueda ser seguro y cumpla con los protocolos sanitarios necesarios, Juan Carlos Baumgartner y el despacho de arquitectos SpAce se encuentran implementando el certificado “COVID-19 free spaces” (Espacios libres de COVID-19), el cual busca ser una herramienta de protección para la fuerza laboral que tarde o temprano volverá a una oficina.
El arquitecto mexicano conjuga esta nueva patente sanitaria con otra iniciativa que su despacho lleva desarrollando tiempo atrás: aplicar la neuroarquitectura para traer bienestar a espacios de trabajo, bajo un concepto que ellos llaman “Design for happines” o “Arquitectura de la felicidad”.
“Parte de lo que analiza esta certificación es que no ve nada más temas como de aire acondicionado o técnicas, hay todo un capítulo de la certificación que habla de la salud mental, uno de los grandes retos es que el espacio tiene que ser saludable, no nada más del punto de vista físico y particular del virus, sino desde el punto de vista también mental”, dice, en entrevista con Reporte Índigo.
Actualmente, los clientes que ya se encuentran aplicando el trabajo de Baumgartner en México son trasnacionales como Google, Amazon y Scotiabank, entre otras.
El arquitecto vaticina que lo que sigue para continuar el trabajo oficinista es un híbrido entre la asistencia presencial a una sede laboral y continuar desde casa, al menos lo que resta de 2021, por lo que el terreno de lo virtual para las actividades cotidianas seguirá dominando a futuro.
Proyecto Chapultepec en opacidad
El arquitecto Juan Carlos Baumgartner indica que lo que se pretende hacer con el Complejo Cultural Chapultepec carece de tener una verdadera figura líder arquitectónica que lleve una planeación del proyecto, por lo que falta involucrar más personalidades del rubro para tener un desarrollo acorde a la promesa de la llamada Cuarta Transformación.
“No veo que aprovechen estos mecanismos en los que digan ‘vamos a hacer un concurso con talento mexicano, con un jurado bien primado desde la perspectiva de diseño’, como se hace en cualquier país de primer mundo, las grandes capitales que admiramos, como puede ser Berlín, todas están hechas a base de concursos de arquitectura, no vamos a poder hacer buena arquitectura mientras no le demos la importancia de involucrar a los especialistas del tema”, reitera el especialista.
También, la “presencia” del artista Gabriel Orozco causa duda para el arquitecto, ya que el plástico que ha radicado en Tokio y Nueva York, según él, carece de formación en el campo de la construcción, lo que sería básico para esta obra faraónica que pretende el gobierno federal.
“En Chapultepec me da la impresión que fue un ejercicio poco plural, con un artista plástico que no hay temas de urbanismo, no se ve claro un equipo interdisciplinario, como todos los megaproyectos de este país desafortunadamente”, indica el director del despacho arquitectónico SpAce.
Sí a los cines
Mucho se ha dicho en torno a si las salas de cine son espacios seguros por estar encerrados, por lo que Juan Carlos Baumgartner opina que las cadenas mexicanas de exhibición cumplen los protocolos y deberían poder operar sin problema alguno acorde a su construcción y diseño arquitectónico que permite el flujo y filtración de aire propiamente.
“Hay cadenas de cines de las grandes que conocemos que sí tienen sistemas muy buenos y que además le dieron una actualización, y podrías revisar que el espacio no tendría por qué ser peligroso. Si tienes un buen sistema de filtrado de aire en este espacio y si la gente usa tapabocas, la probabilidad de contagio es bastante pequeña”, afirma el arquitecto.
Lo virtual es ahora en el trabajo
A falta de espacios físicos laborales, surge la necesidad de llevar el trabajo a las plataformas en línea y esto ha sido una catapulta para empresas que diseñan “oficinas” en un entorno virtual, ejemplo de ello son Teamflow, SpatialChat y IDECorp, que ya asisten a empresas internacionales en sus entornos en línea. Juan Carlos Baumgartner observa que desde este terreno e incluso los videojuegos, se seguirán nutriendo estas nuevas experiencias laborales.
“Creo que las industrias de gaming, Fortnite por ejemplo, dentro de poco se va a dar cuenta que tiene herramientas más sofisticadas para qué la gente colabore en Zoom, que no te sorprenda que dentro de poco estas dos hagan una sola plataforma y empecemos a tener reuniones en Fortnite, en las cuales tengamos avatares y vamos a empezar a convivir de una manera mucho más natural”, argumenta el arquitecto.