¿Qué es eso? En Konya, una provincia de Turquía, las autoridades permanecen en alerta ante la formación de cráteres en medio del campo. Llama la atención que tienen una profundidad considerable.
Un nuevo cráter se formó en un campo despejado de esa provincia. Tiene una profundidad de entre 12 y 15 metros, así como un diámetro de alrededor de 100 metros. ¿Qué puede provocar algo así?
Este fenómeno geológico se compartió a través de Twitter gracias al usuario identificado como @Sepa_mass. En su publicación se puede observar el gran cráter.
¿Por qué se forman cráteres en Turquía?
Este fenómeno de la geología se conoce como dolinas. El resultado, es decir, los cráteres que se forman perfectamente redondos y con paredes verticales, dan la impresión de que la tierra se tragó lo que había en la superficie.
Se trata de depresiones (geológicas, no psicológicas) de forma circular o elípticas en un espacio de tierra, mismos que pueden ser naturales y artificiales. Suceden como resultado de la llamada erosión kárstica.
Esto ocurre cuando el agua corriente se filtra a través de roca soluble, como lo son el calcio o el yeso. Esto disuelve el material subterráneo y causa la formación de cuevas y otras estructuras subterráneas.
Un cráter de entre 12 y 15 metros de profundidad y 100 metros de diámetro se formó repentinamente en un campo despejado en la localidad de Karapinar, en la provincia turca de Konya, informa Anadolu. pic.twitter.com/aeI17GRClf
— Sepa Más (@Sepa_mass) February 25, 2023
El diámetro de este fenómeno de la tierra puede variar desde medir unos cuantos metros o hasta alcanzar varios kilómetros. Asimismo, las profundidades pueden alcanzar cientos de metros.
Algunas dolinas son visibles como aberturas en la superficie del suelo. En otros casos están cubiertas por una capa de vegetación o de tierra, por lo que permanecen ocultas. En este caso, solamente pueden ser detectadas a través de estudios geológicos o topográficos.
Cuando están ocultas representan un riesgo mayor, puesto que existe la posibilidad de que ocurran repentinos deslizamientos de tierra y súbitos colapsos de la superficie.
La buena noticia es que también pueden utilizarse como fuente de agua potable, así como para la disposición de residuos tóxicos.
