Anvil: la historia de los olvidados metaleros cincuentones que no se dieron por vencido
Bandas como Testament, Exodus, Death, Kreator, Raven, etc, grupos que dejaron un pedacito de ellos en la historia del Metal, aunque hubo una de esas bandas que tenía casi todo para despegar y vivir de la música, sin embargo, se perdió en el camino, convirtiendo el sueño de una vida en una completa frustración; ese es el caso de Anvil
Indigo StaffSer una estrella de rock no es nada fácil, al menos es lo que las docenas de documentales sobre músicos y su camino a la cima, nos han contado.
En el hervidero del surgimiento de bandas de thrash y heavy metal en los Estados Unidos de finales de la década de los 70 y principios de los 80, algunas de ellas se convirtieron en clásicos; en una leyenda e inspiracion para las generaciones venideras.
Bandas como Testament, Exodus, Death, Kreator, Raven, etc, grupos que dejaron un pedacito de ellos en la historia del Metal, aunque hubo una de esas bandas que tenía casi todo para despegar y vivir de la música, sin embargo, se perdió en el camino, convirtiendo el sueño de una vida en una completa frustración; ese es el caso de Anvil.
Si bien el catálogo de Netflix de documentales acerca de músicos, y más de Rock, no es muy extenso: We Are Twisted F***ing Sister, The other one: the long strange trip of Bob Weir (el vocalista de The Greatful Dead), Janis: Little Girl Blues y los materiales sobre The Beatles, uno que tal vez a primera vista no se antoja mucho es el de Anvil: the story of Anvil.
Sí, una de esas bandas que tenían un futuro prometedor, y que incluso músicos como Slash (Guns) y Lars Ulrich (Metallica) aseguran que el grupo liderado por Steve “Lips” Kudlow, fue pionera del thrash metal, que tenían “la fórmula del heavy metal”, y que nadie igualaba sus presentaciones devastadoras y atrevidas.
Pero después de sus tres álbumes más conocidos, nadie supo más de Anvil, ¿qué les pasó? A ellos no les tocó la vida de lujo que pueden presumir los cuatro grandes del thrash: Metallica, Anthrax, Slayer y Megadeth, ni el prestigio, ni las enormes mansiones y estudios de grabación.
Si somos sinceros, Anvil no tiene a los músicos más virtuosos, sus canciones tampoco cuentan de una composición muy complicada, ¡vaya! Ni en sus mejores años, el vocalista lograba cantar entonadamente, pero hay algo que este grupo tiene, y que a muchos ya se les olvidó.
El documental de poco más de una hora no nos cuenta la historia de esta banda canadiense de sus años gloriosos y desenfrenados, sino una parte nada bonita: el sueño frustrado de ser un Rockstar a los 51 años de edad, con deudas, una familia que proveer, y un trabajo que no te gusta pero que dependes de él… ¿Te suena?
A pesar de ya no vivir de la música y tener trabajos aburridos, la historia sigue el camino de Lips y Robb, quienes son amigos desde los 15 años, y que después de más de 30 décadas, buscan salir nuevamente de gira y grabar otro álbum (This is Thirteen).
La banda se ve sumergida en el estrés, en las confrontaciones, en una gira desastrosa en la que en algunos lugares tocaron para no más de 10 personas, y por la que no les pagaron por su trabajo, además de la emoción de volverse a encontrar con viejos compañeros de la música o incluso sus grandes ídolos, es como si viéramos la historia de un grupo de Rock recién conformado en busca del éxito.
El documental deja ver de manera muy transparente las intenciones y sentimientos a flor de piel de Lips y de su amigo y hermano Robb, y todo lo que están dispuestos a hacer por alcanzar nuevamente la cima a pesar de tener todo en contra.
“Todo es cuestión de actitud”, es el mantra del vocalista que no puede vivir sin la música, y que para él es más que un simple hobby; hace hasta lo imposible por que su banda crea en él; en Anvil, en la vida y en la búsqueda de la felicidad. Un drama digno de una telenovela.
Realmente la historia que Sacha Gervasi, fan de Anvil que se aventuró a realizar este documental, nos lleva por un sendero repleto de emociones, te hace preguntarte qué harías tú en el lugar de estos dos viejitos rockeros; ¿Te das por vencido? ¿Por fin dejas descansar al Rock? ¿Aceptas que no es un lugar para ti? o ¿le das la vuelta y haces todo lo posible por hacer tus sueños una realidad? Depende de ti, depende de tu actitud.
Un mensaje muy claro que deja el documental es sobre las decisiones que haces: todo cuenta, todo vale, todo tiene un sentido. Sacha pasó de ser uno de los más grandes fans de Anvil, a ser un director cinematográfico que por este trabajo se llevó un premio del Independent Spirit Awards, y que además, después de los fracasos vividos, la película sirvió para que la industria volteara a ver de nuevo a esta banda.
Una historia que te hará pensar, te conmoverá, te volverá cómplice de la desilusión y te pondrá a recapacitar sobre la existencia de tu vida. Sí, así de fuerte es la música y la pasión por el Rock and Roll.
Ve el documental y cuéntanos qué te pareció. Y si ya andas muy adentrado en el tema y no tienes algo mejor qué hacer, te recomendamos estos otros documentales sobre Metal:
Last Days Here, nos cuenta la historia de Pentagram a través de su controversial vocalista. Considerada pionera del doom metal, también ha tenido un bajo perfil, convirtiéndolo en un grupo de culto. Este documental también ha sido reconocido por su fuerte historia y la talla mundial de sus entrevistados.
Get Thrashed, el documental dedicado a contar la historia del thrash metal, desde su nacimiento, el apogeo y a través de entrevistas con las más grandes figuras de este género.
Lemmy: 49% motherfucker, 51% son of a bitch. ¿Qué decir de uno de las figuras más admiradas dentro del Metal? Lemmy Kilmister, vocalista de Motorhead, y que también hace una aparición en el documental de Anvil, tiene una historia digna de contar. Por si fuera poco, este documental se realizó poco antes de que Kilmister dejara el mundo de los mortales.
Heavy Metal in Baghdad: Este documental cuenta la historia de Acrassicauda, una banda de heavy metal de Medio Oriente que a pesar de estar a mitad de una guerra, siempre hay un lugar para la música
Y como diría AC/DC: its a long way to the top if you wanna Rock n’ Roll (es un largo camino hacia la cima si quieres Rock n’ Roll).