Antigua Roma ‘techie’
Tecnología encontrada en una reliquia romana podría ser el secreto para un diagnóstico más sencillo de ciertas enfermedades. “La Copa de Lycurgo”, de mil 600 años de antigüedad, es color verde jade si se le ilumina desde el frente, pero luce rojo brillante si la luz viene de su parte posterior.
En 1990, después de décadas de investigación, científicos ingleses encontraron fragmentos de oro y plata mil veces más pequeños que un grano de sal. Las cantidades exactas y consistentes de los elementos sugerían que los romanos sabían lo que hacían: eran pioneros de la nanotecnología.
Ana Paulina ValenciaTecnología encontrada en una reliquia romana podría ser el secreto para un diagnóstico más sencillo de ciertas enfermedades. “La Copa de Lycurgo”, de mil 600 años de antigüedad, es color verde jade si se le ilumina desde el frente, pero luce rojo brillante si la luz viene de su parte posterior.
En 1990, después de décadas de investigación, científicos ingleses encontraron fragmentos de oro y plata mil veces más pequeños que un grano de sal. Las cantidades exactas y consistentes de los elementos sugerían que los romanos sabían lo que hacían: eran pioneros de la nanotecnología.
Investigadores probaron los efectos de llenar réplicas de la copa con distintos líquidos y descubrieron que su color variaba: el agua se veía verde claro y el aceite rojo. El efecto era 100 veces mayor que en sensores comerciales actuales que usan tecnología parecida.
Se espera que, en el futuro, este conocimiento pueda ser utilizado en dispositivos portátiles para detectar infecciones, a través de la saliva o la orina. También podría significar una forma más sencilla de detectar líquidos peligrosos en los filtros de seguridad de los aeropuertos.