Ángel Ancona celebra 10 años al frente del Sistema de Teatros de la CDMX

Dedicarse al mundo de las artes escénicas en México no es fácil, ya que hay muchos retos y obstáculos que superar, pero lograr llevar un espectáculo a escena y que éste tenga la fuerza de transformar la vida de las personas es muy gratificante y necesario, por ello el maestro Ángel Ancona trabaja todos los días, siempre pensando en la comunidad cultural y el público mexicano.

Ancona cumple este mes 10 años al frente del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, institución perteneciente a la Secretaría de Cultura de la capital del país, que está formado por el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el Teatro Benito Juárez, el Teatro Sergio Magaña, el Teatro del Pueblo y el Foro A Poco No.

El también diseñador de iluminación afirma que vive su cargo como si fuera un festival constante, porque fue así que aprendió la gestión cultural cuando formó parte del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, el Festival Internacional de Teatro de Caracas o del Teatro Stage Fest de Nueva York.

“Ser funcionario público de cultura te exige una capacidad creativa gigantesca ante la problemática cultural que vivimos, no recientemente, sino de toda la vida, nunca hemos tenido dinero —ni aquí, en otros trabajos ni en otras circunstancias— siempre estamos con bajos recursos, los presupuestos son sufridos”, asegura Ancona, en entrevista con Reporte Índigo.

Por ello, el maestro sabe que al estar al frente de esta dirección tiene dos papeles fundamentales: como funcionario que tiene que servir a la comunidad cultural y como empresario, ya que necesita vender boletos.

“Aquí tenemos dos grandes ventajas, y creo que por eso acepté el cargo, que no hay sindicatos y que la taquilla es nuestra, se llama autogenerar. Con esas taquillas logramos apoyar a las compañías escénicas con dinero, ya que el mayor porcentaje se lo llevan ellas y nosotros nos quedamos con el menor”, explica el director.

Tras haber estado al frente de la Dirección Técnica del Festival Internacional Cervantino (FIC), Ángel Ancona aceptó la invitación de la entonces secretaria de Cultura capital, Lucia García Noriega, porque se vivía un momento de cambio político, donde no sé sabía bien a bien qué estaba pasando.

“La primera problemática que tenemos como gente de teatro es la ausencia de públicos, creo que eso en general en México es muy notorio y cada vez es más preocupante. Pero no solo está pasando aquí, sino con todas las instituciones teatrales, como las de Bellas Artes o del Helénico, también con los privados y los independientes”, señala.

Sin embargo, el Sistema de Teatros de la Ciudad de México inició el año con varias de sus funciones agotadas en sus recintos, como las presentaciones de Vie de Cirque, Dios juega videojuegos y yo soy su puto Mario Bros, Canticuenticos o el concierto de Tessa Ía.

“Cuando yo llegué eso no sucedía, de hecho, la taquilla que teníamos de Ticketmaster y toda la instrumentación estaba diseñada para una taquilla pequeña, entonces, cuando tuvimos el primer gran evento que fue Ícaro, de Daniele Finzi Pasca, reventó la taquilla. Ticketmaster no entendía por qué había tantos boletos a la venta y hubo que cambiar todo el sistema”, recuerda el funcionario.

Sus grandes aportaciones

Estos 10 años, confiesa Ángel Ancona, han sido de mucho aprendizaje, y lo siguen siendo.  Recuerda que uno de sus grandes fracasos fue en mayo de 2013, a sólo unos meses de haber tomado el cargo como director del Sistema de Teatros de la Ciudad de México. Incluso, pensó que se había equivocado al aceptar el puesto.

“Me ofrecieron el Malandain Ballet de Biarritz, un gran ballet, se presentaron, bellísimo, dimos dos funciones y vendimos solo 100 boletos entre los dos días, porque la gente decía ‘eso no es cierto, esas compañías cómo se van a presentar en el Teatro de la Ciudad, se presentan en Bellas Artes, pero no en el Teatro de la Ciudad’, entonces, no vendieron nada”, platica.

Ese fracaso le hizo ver al maestro Ancona que debían acostumbrar a su público a espectáculos internacionales y lo han logrado.  Los grandes del teatro, la danza y la música se han presentado en sus escenarios, como Peter Brook o Wajdi Mouawad.

“Es muy joven esta institución, cuando llegué, Nina Serratos y Mario Espinoza la habían creado y eso lleva un tiempo; sin embargo, creo que lo que nos conformó como Sistema fue el lanzamiento de la primera convocatoria de programación, fue la primera llamada de atención a una comunidad artística que dijo ‘ah, mira, ahora tienen una convocatoria’”, considera Ancona.

Si bien a través de esta convocatoria no se programa el 100 por ciento de la funciones del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, sí ha ido creciendo y fortaleciéndose, tan es así que este año, por primera vez, incluyeron al circo.

“Hacemos teatro, danza, música, multidisciplina, cabaret y circo, entonces, ha ido creciendo, de lo incipiente que era ahora ya tiene 16 años esta institución, aún sigue siendo muy joven y falta mucho por crecer y desarrollar”, opina.

Otro de las grandes aportaciones de Ángel Ancona fue la creación de “Teatro en Plazas Públicas. Teatro en tu Barrio”. Al ser una institución oficial, se dieron cuenta que una de sus obligaciones es ofrecer y dar empleo a la comunidad artística para que tenga posibilidades de desarrollo y para ello el público es esencial.

“Hay gente que jamás ha visto un espectáculo o que no sabe qué es el teatro o la danza, entonces, la mejor manera es llevar esos espectáculos a sus localidades, no forzarlos a entrar a un teatro, regalarles un boleto o hacerles comprar uno’”, comparte el funcionario público.

La primera ecuación del proyecto fue: cubrir 16 alcaldías, que en ese momento eran delegaciones, con 16 compañías escénicas ofreciendo 16 funciones durante dos meses, sábados y domingos, girando por todas las alcaldías.

Desde entonces, considera el director, ha sido un éxito a tal grado de que tuvieron la necesidad de hacerlo dos veces por año.

“Tenemos la obligación de pensar en las compañías artísticas para ofrecerles trabajo, así como la obligación de jalar públicos, es una ecuación fantástica: si tenemos artistas y público haremos que estos espacios vivan”, afirma.

El maestro Ángel Ancona asegura que cuando cuenta todo esto se percata que ni él mismo se da cuenta de todo lo que hacen, sino hasta el momento en el que sucede.

“Ayuda mucho el tener un gran equipo de trabajo, sólido, espléndido, trabajador, entregado y comprometido con este trabajo, gracias a ellos los teatros que tenemos funcionan. De eso es lo que más me siento orgulloso y la otra parte es haber tenido la magia y la suerte de estar donde estoy haciendo lo que amo; no sé qué vaya a pasar mañana, quizá mejora, ojalá, pero eso sí es un orgullo.

“Cada vez que se abre el telón y comienza la función es un síntoma de orgullo maravilloso, porque todo el tiempo trabajas para ese momento”, finaliza.