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Actualmente las movilizaciones sociales son otras, utilizan nuevas herramientas, espacios y materiales para manifestarse. Además, el mundo digital brinda otras oportunidades y recursos. Concientes de ello, nace la exposición #NoMeCansaré. Estética y política en México 2012-2018, que explora algunas prácticas que, a caballo entre el arte y la movilización social, manifiestan y dan forma a reclamos actuales en un país en donde la violencia rebasa al Estado.
“Lo que propusimos fue hacer una investigación que pudiera mostrar y explorar cuáles son los tipos de prácticas activistas hoy en día. Un poco la hipótesis era que si se estaban haciendo esas investigaciones sobre el 68, lo importante también era hacerlas para saber dónde estamos ahora, qué tipos de materialidades toma la protesta, qué tipo de formas artísticas, creativas, visuales y políticas hay, y una hipótesis es pensar que estas materialidades conforman también parte de nuestros vocabularios visuales y que de una manera u otra contaminan, son parte, dialogan, con nuestros registros artísticos”, explica Helena Chávez Mac Gregor, curadora e investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
La muestra busca reflejar esas formas estéticas en una noción mucho más amplia a la que en general se relaciona con el arte, más como formas sensibles, como esas sensibilidades que provocan y que en el tema de la protesta social son muy importantes.
El génesis del proyecto fue el momento en que se viralizó el video de 131 estudiantes de la Universidad Iberoamericana y que dio paso al movimiento #YoSoy132 en 2012; sin embargo, la estela de estos procesos viene de casos previos, como la movilización por el incendio de la Guardería ABC, en donde se experimentaba con otra forma de organizar la protesta en conjunción con el espacio digital.
“Nosotros ubicamos que hubo un cambio de imaginación política, de gramáticas en México de manera muy contundente con la emergencia del #YoSoy132, donde por ejemplo, al ocuparse otro tipo de medios, como fue el Internet, aparecieron otras formas de comunicarse, de hacerse visible, otras formas de subjetivación, ya no era necesario solamente el cartel o la ficha, sino que había la necesidad de ocupar otros espacios públicos”, señala Chávez Mac Gregor.
Esas nuevas formas, para la investigadora de la UNAM, tienen que ver con la descomposición social y política del país, que responde a una especificidad, en el caso de #YoSoy132 tenía que ver con una falta de identificación con los medios masivos de comunicación. Por lo que los estudiantes encontraron una manera muy espontánea de poder generar una respuesta juvenil.
También algo que impactó en los cambios de 2012 a la fecha, fue la cantidad de muertes que sucedieron en el país, lo que ha implicado un proceso de trabajo, de duelo y de acompañamiento ante el problema.
Las huellas de la movilización
Los trabajos de César Martínez, Contingente Láser Tag, Fuentes Rojas, Redretro Sistema de Transporte Onírico, Data Cívica, Horizontal, Rexiste, Geocomunes, María Salguero, Ruta Antimonumentos por la memoria, Canek Zapata, Juanpablo Avendaño Ávila, Enrique Méndez de Hoyos, Casa El Hijo del Ahuizote, Sandra Calvo, Yutsil Cruz, Oswaldo Ruiz y Siempreotravez componen esta muestra que se exhibe en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).
La exposición reúne tanto estrategias de intervención en el espacio público como iniciativas cuya plataforma de acción y socialización es la web. “Tenemos, por ejemplo, el trabajo de los bordados, que son una iniciativa que lleva muchísimo tiempo, donde la gente se reúne a bordar los nombres de sus familiares o de casos para hacer la relación entre lo público y lo privado, hacer denuncia, visible y acompañar en este proceso de duelo”, comenta.
Otro de los proyectos que conforman la muestra es una comisión que se le encargó a Horizontal. Ellos hicieron un mapa de los principales hashtags que estuvieron activos en estos seis años y lo que retrata son estos nuevos momentos, cómo se conectaban los procesos de comunicación, cómo se conectaban el hashtag con la calle.
El mapa también permite ver cómo cambió la relación con la red, con lo digital, porque no necesariamente implica una denuncia a la calle, pero si un acompañamiento distinto. La muestra cuenta además con una base de datos de desaparecidos, de Data Cívica; un mapa de feminicidios, de María Salguero, en el que geolocaliza los casos usando herramientas digitales para hacer su investigación que es la más completa de feminicidios en México.
“Lo que nos muestra es otro tipo de conformación de un sujeto político, no todo tiene que ver con la protesta, con la calle, sino con otro tipo de herramientas y saberes para compartir. Lo que nos ha interesado mucho y que encontramos fascinante en la investigación fue que había muchas iniciativas que tenían que ver con hacer pública la información, con organizarla y poderla difundir, como es el caso de Maria Salguero que trabaja con datos que encuentra en periódicos”, sentencia Chávez Mac Gregor.
Uno de los factores de la violencia contemporánea es la dispersión de la información para hacerla difícil de comprender, porque es tanta y está tan fragmentada que no se logra tener un mapa completo, por lo que está funcionando hacer pública la información.
El conjunto de los materiales es un testimonio de una época que ciertamente ha sido muy violenta para el país. La muestra no pretende asumir que ninguna de esas prácticas son arte, pero si le interesa a la curadora ampliar la noción del concepto y pensar que tiene que estar en diálogo con una materialidad de nuestro tiempo, por lo que es una responsabilidad de los museos darle espacio a este tipo de exposiciones.
“Es importante entender de dónde viene lo que hemos logrado y a dónde hemos llegado. Ver todo junto me ha dado esperanza, optimismo o fuerza para entender que hay un trabajo muy constante, es decir, las condiciones en las que estamos son atroces, y no se ve muy claro cómo se puede recomponer el panorama, pero lo que sí se ve, es una insistencia y una fuerza por seguir trabajando. Me quedo con mucha fuerza de sentir esta necesidad, esta creatividad y esta imaginación desbordada para intentar reimaginar posibles futuros”, finaliza la curadora.
Nuevas voces
En el Espacio de Experimentación Sonora del MUAC se presenta Voces. Pieza acusmática multicanal, que es el resultado de un trabajo de investigación en Cantabria, España, con algunos de los pocos afinadores de cencerros que sobreviven en la zona.
“El título tiene que ver con el sonido de un campano o de los campanos que son los cencerros de las vacas y los que los afinan, le llaman a su sonido ‘voz’ o ‘voces’, entonces de ahí viene el nombre”, explica Alejandra Hernández, compositora de la pieza.
Con su creación, la artista espera generar interés, curiosidad y emoción. “Creo que hay cosas que no se van a esperar, sabiendo de qué se trata la pieza. Este espacio en especial es justamente para tratar al sonido de una manera más plástica, porque te permite dibujar trayectorias y crear un espacio físico con el sonido, eso es lo que es interesante”, señala Hernández.
Voces. Pieza acusmática multicanal concluirá el 10 de febrero de 2019.