Para que la actriz Ana Layevska decida formar parte de un proyecto toma varios factores en cuenta; por ejemplo, pregunta de quién es la historia y quién la produce, para así revisar sus tiempos y ver si estos se cuadran, pero, sobre todo, se enfoca en qué tanto la llena el personaje, si tiene algo curioso o diferente a lo que ya ha hecho.
Más allá de si es drama, como La muchacha que limpia, o comedia, como Guerra de vecinos, producciones en las que participa, la actriz nacida en Ucrania afirma que cualquier tipo de personaje le implican un reto, porque trata de hacerlos de la manera más verídica posible, así que los prepara de una forma minuciosa.
“La diferencia entre hacer comedia y drama es que la preparación del drama es mucho más profunda y reflexiva, y la comedia es más de ritmo, de fisicalidad, de talento, de timing y de tablas, entonces, es de experiencia, la comedia es de haber hecho comedia y el drama es de reflexionar, de buscar el subtexto y la sutiliza”, explica.
Cualquier tipo de dinámica le gusta, porque dice amar profundamente su carrera, por lo que considera que tener veracidad en cualquier tipo de los géneros es indispensable, pero no es tarea fácil, ya que se necesita estar completamente entregado a lo que se está haciendo.
Un largo camino para Ana Layevska
A sus 39 años, Ana Layevska tiene una trayectoria marcada, principalmente, por melodramas de la televisión mexicana. Una de sus grandes oportunidades llegó al interpretar a Marina en la telenovela Primer amor… A mil por hora, junto a Kuno Becker y Anahí. También ha hecho cine al participar en producciones como Cansada de besar sapos y Casi divas.
“Soy muy fan de la creación artística y de la creación de personajes, y eso me ha llevado a muchas veces pensar en el proceso y no el resultado, creo que en eso radica el mantenerte vigente y se nota en cualquier tipo de profesión. Además de prepararte, quizá también importa saber levantarte, porque esta carrera te da muchas cosas maravillosas, muchas sorpresas agradables y no”, asegura.
Para mantenerse tantos años dentro de la carrera artística tener fortaleza es una constante, de acuerdo con Ana, porque es una lucha a cuestas, de gozo, de mantenerse a flote y de no olvidar que lo haces porque te gusta entretener a la gente.
La actriz afirma que ha tenido la suerte de estar en proyectos muy exitosos, no en todos, porque también ha participado en varias cosas que poca gente vio o que ni siquiera se estrenaron, cosas que están enlatadas.
Para no ser encasillada, Layevska intenta hacer cada uno de sus personajes de una forma distinta, desde cero, con una perspectiva mucho más novedosa, aunque, indica, muchas veces los directores de casting y productores tienen ciertos preconceptos.
“Cada que empieza a actuar trato de que me absorba el personaje y no digo ‘es que esto a mí me sale bien y el otro, entonces, me voy a ir por ahí’, no, es como empezar desde cero. Así que me divierto, la paso bien, y siempre se ve fresco y novedoso, eso sería como mi secreto”, comparte Ana.
Sus nuevas aventuras
Actualmente, se puede ver el trabajo de Ana Layevska en dos producciones: La muchacha que limpia, serie dramática que se transmite por la plataforma HBO Max, y en Guerra de vecinos, serie cómica que se puede disfrutar en Netflix.
Estados dos producciones tan distintas entre sí permiten ver la calidad histriónica de Layevska ante recursos, necesidades y objetivos diferentes.
“Guerra de vecinos es un género que es la comedia de lo absurdo y debes tener una predisposición muy particular, un ritmo, una actitud y una energía en específico, que es mucho más arriba de lo que estamos acostumbrados. Yo me di a la tarea de estar muy bien preparada con los textos, porque en la comedia se permite muy poco la improvisación, parecería que es al revés, pero no, los textos tienen que ser precisos, con un ritmo exacto, porque si no, no funciona el chiste”, platica.
Al hacer comedia, dice, es importante tener muy bien estudiado los textos, sin titubear, y estar muy descansado, porque cuando se llega agotado, se ve forzada la energía. Este ambiente también se presta a que existan más chismes, porque los actores están un poco más arribita, con más chistes, energía y emoción, no es momento de ponerse serio y pedir 10 minutos para concentrarse.
“En La muchacha que limpia la verdad es que es un drama y así como disfrutar, disfrutar, pues no, lo que me gustó fue la languidez del personaje de Sonia y su soberbia, su aparente comodidad con las cosas”, comenta.
Layevska confiesa que sacar la cizaña en ficción es padre, le gusta, lo disfruta, porque, a veces, en la vida no se permite hacer ciertas cosas, por eso aprovecha la ficción.
“Me gusta ser, no mala, porque eso limitaría mi capacidad actoral, pero sí déspota, sí lo disfruto”, expresa.
Sigue soñando
Este momento que vive Ana Layevska lo califica como “muy bueno y reconfortante”, porque logró un objetivo muy particular, que era hacer comedia y que esta sea vista y exitosa; además de que consiguió que su trabajo se transmitiera por HBO Max, plataforma de la es muy fan.
“Creo que estoy en un buen momento, eso no significa que llegué a un puerto y me voy a descansar. No, todo lo contrario, quiero seguir haciendo cosas, proyectos, y quiero aprovechar para buscar oportunidades que todavía me lleven a extremos mucho más interesantes en mi carrera, a personajes más complejos, a proyectos en otros idiomas, porque hablo inglés y ruso, tengo ganas de actuar en otros idiomas”, afirma.
El gran sueño y pendiente de la actriz es poder trabajar en una producción rusa de época, como lo podrían ser Ana Karenina o La guerra y la paz. Así se visualiza y sabe que lo conseguirá.
En conexión
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