El libro publicado por Almadía fue escrito durante una estancia doctoral de cuatro años que la autora hizo en Houston. Foto: Especial

Ana Emilia Felker, escritora: “El esquema de blanquitud de EU está en cualquier país”

En su libro Pantano, la escritora mexicana ofrece un retrato actual de la sociedad norteamericana. Una obra que echa luz sobre la psicosis de ese país que vive entre el auge de la supremacía blanca y los tiroteos masivos 

¿Qué mueve a un latino apoyar a Doland Trump pese a su discurso antiinmigrante? Es una de las preguntas que en los últimos días se hacen e intentan descifrar analistas políticos en vísperas de la elección presidencial en Estados Unidos, donde el controvertido expresidente busca, a toda costa, volver a la Casa Blanca.

“Es que todo es una fantasía, una psicosis, todo el mundo está buscando blanquearse, acceder a ese estatus  que los aleja de ser migrantes y poder asimilarse a esa cultura blanca. Es entendible que suceda porque es supervivencia, quieren estar seguros, como cualquiera querría.  Es muy cuestionable, pero creo que responde a esa cultura individualista, blanca, gringa, donde no hay formas de cooperación y cada quien se rasca con sus propias uñas”, plantea en entrevista con Reporte Índigo la escritora Ana Emilia Felker (Ciudad de México, 1986).

En su reciente libro Pantano (Almadía, 2024), un híbrido entre ensayo autobiográfico, periodismo y ficción, la autora examina desde adentro esa psicosis norteamericana, el auge de la supremacía blanca, los mass shootings; se pregunta cuánto cuesta el sueño americano, qué define la blanquitud, mientras  intenta desentrañar su propia identidad como descendiente de una familia con orígenes en Estados Unidos y la relación con su padre,  quien después de vivir en México abandonó sus ideales de izquierda y a su familia para seguir el sueño americano.

En este volúmen escrito durante una estancia doctoral de cuatro años en Houston,  la autora nacida en Ciudad de México trata de indagar cómo funciona el mecanismo de blanqueamiento estructuralmente. Más que juzgar, intenta buscar respuestas en la propia historia de Estados Unidos o en las experiencias de sus propios habitantes.

“Planteo la reflexión de que la raza no existe y es algo muy maleable, como cuando los irlandeses no eran considerados blancos y luego sí lo fueron. También cuento, por ejemplo, cómo en el momento de la anexión de territorios en el siglo XIX, se empezó a empujar que los mexicanos fueran considerados blancos para poderles comprar sus tierras porque, si se les consideraba indígenas y con tierras comunales, no se les podía comprar. Obviamente hay un color de piel, pero también es algo maleable, según intereses políticos”.

Reflexiones sobre el esquema de blanquitud  en México

En sus reflexiones, Felker se pregunta si es posible renunciar a “nuestra propia blanquitud”. “Si se nos impone la blanquitud o se nos quita, según los intereses de otros, ¿podemos nosotros mismos renunciar a ese proceso de blanqueamiento?”, cuestiona la autora, quien agrega que, más allá de los tonos de piel, el esquema de la blanquitud está presente en cualquier país, como en México, a través de la idea de aspiracionismo y la búsqueda de éxito.

“Esta crítica del sueño americano también es una crítica a la blanquitud que está presente en cualquier país, sobre todo en Occidente. Creo que cuando se habla del sueño mexicano también hay riesgo de que sea el mismo esquema, de acceder a un estilo de vida que solo te permite un trabajo súper esclavizado, individualista, competitivo; es replicar el mismo esquema de blanquitud que en Estados Unidos. Pareciera una historia muy local, pero que se podría replicar en México”, dice.

En ese proceso de autocuestionamiento y de tratar de entender a los gringos, o alguien como a su propio padre, ahora casado con una afrodescendiente pro Trump, la autora recurre al periodismo para recoger los testimonios de sobrevivientes de un tiroteo masivo en un Walmart de El Paso, Texas, en agosto de 2019. Un ejercicio que la confrontó con los claroscuros de ese país, donde  las fronteras se replican en el interior, con garitas hasta en los pasillos escolares, o donde lo primero que hace un sobreviviente de un tiroteo masivo al salir del hospital es ir a comprarse un arma.

“Me encontré con historias muy contradictorias, que no corresponden a los estereotipos que tenemos. Yo pensaba que alguien que sobrevivió a un tiroteo que perpetró alguien no estaría a favor de Trump y fue muy shockeante descubrir que mujeres mexicanas, muy lindas y con una historia muy interesante, eran seguidoras de Trump, o descubrir que mi vecino, quien había estado en una banda neonazi, en realidad, era una buena persona, que no tenía nada contra los mexicanos, simplemente había crecido en un barrio pobre, donde había ese tipo de bandas y le tocó eso”, dice.

¿Por qué nunca se muestran los cuerpos de asesinados en tiroteos masivos?

Al hablar de los tiroteos masivos en Estados Unidos, Ana Emilia Felker discurre en torno a las consecuencias de los tiroteos masivos y las políticas de no mostrar gráficamente los resultados de esa violencia, es decir, los cuerpos de las víctimas, una idea que considera anclada al supremacismo blanco. 

Es algo de lo que habla Susan Sontang y otros, y tiene que ver con la cultura supremacista en Estados Unidos, esta idea de que no podemos ver los cuerpos de militares muertos; normalmente se les ve en un momento heroico, pero no se les retrata muertos para mantener la mitología gringa”.

“Padres de niños que han muerto en tiroteos han pedido que se les muestre, al menos a los congresistas, las imágenes de cómo quedan esos cuerpos después de ser asesinados con armas automáticas. Es una cosa devastadora. Tampoco se trata de espectacularizar la violencia, pero tal vez eso ayudaría a contrarrestar el dinero que la NRA está metiendo para que no se regulen las armas”, añade.

Entre esos planteamientos, la autora contrasta lo que sucede en México y en Latinoamérica, donde  es común ver los cuerpos desmembrados o descabezados de personas asesinadas por el crimen organizado con armas traídas desde EU.  “Será que eso nos habla de que hay cuerpos que valen más que otros o por qué sí podemos ver esos cuerpos mexicanos asesinados por esas mismas armas y no vemos los de las víctimas de tiroteos en EU”, se pregunta.

La influencia de Vivian Gornick

En esta obra, Ana Emilia Felker se nutre de la tradición literaria norteamericana y  admite que una de sus grandes referentes fue Vivian Gornick y su libro Apegos Feroces:

Apegos Feroces se podría leer como una novela, pero también es memoria,  ensayo y tiene mucha reflexión sobre la relación con la madre. Sí hay mucho de emular ese género que puede ir hacia varias direcciones, pero muy enraizado en la no ficción. En un capítulo intenté un mecanismo que ella usa en Apegos feroces, narrar varios momentos de su vida, como si fuera el mismo momento, con la idea de que en el inconsciente todo está ocurriendo al mismo tiempo

Sobre la autora

  • Ana Emilia Felker (Ciudad de México, 1986) es doctora en Estudios Hispánicos y Escritura Creativa por la Universidad de Houston
  • Estudió Literatura Comparada en la Universidad Autónoma de Barcelona y la licenciatura en Periodismo en la UNAM
  • Ha sido colaboradora en diversos medios en México como la revista Chilango, e internacionales como CNN y el Washington Post en español
  • Ganó el Premio Nacional de Periodismo en 2015 con la crónica “El último viaje: Luis y Juan Villoro”
  • Es autora del libro de ensayos Aunque la casa se derrumbe (UNAM, 2017)
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