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Hace algunos años, los enamorados pasaban largas temporadas sin saber sobre su “otra mitad” cuando ésta viajaba en barco durante meses o si se iba en época de guerra. Esperaban y contaban los días para recibir una carta.
Las relaciones de larga distancia han existido desde siempre. Pero ahora hay un factor que cambia totalmente la naturaleza de estos amores: la tecnología.
Las múltiples vías de comunicación vía Internet revolucionaron la interacción entre las parejas que no viven en el mismo lugar y estas “incluso pueden ser más exitosas que las convencionales”, señalan las conclusiones de un estudio encabezado por Crystal Jiang, investigadora de la Universidad de Hong Kong, y Jeffrey Hancock, profesor de la Universidad de Cornell.
Y es que tendemos a pensar que este tipo de relaciones está condenado a fracasar, inclusive se dice que: “amor de lejos, felices los cuatro” y una que otra frase parecida.
Por muy increíble que parezca, esta investigación publicada recientemente en la revista Journal of Communication encontró que estas parejas tenían un grado mayor de intimidad, en comparación con las parejas tradicionales.
Belinda Luscombe, editora en la revista TIME, señala que la distancia y la ausencia “hacen que el corazón se encariñe más, siempre y cuando hayan video chats, mensajes instantáneos, llamadas por teléfono y/o mensajes de texto”.
En lugar de flores, chocolates y serenatas, las videollamadas por Skype y los chats en Facebook se vuelven las herramientas de conquista.
Amor que pasa fronteras
Los enamorados se valen de la Red para estar en constante contacto. En lugar de esperar semanas para recibir –si es que llega– una carta, ahora pueden platicar a cualquier hora del día vía chat.
“Mientras que el público y la comunidad científica tienen una visión pesimista hacia la larga distancia, esta investigación proporciona apoyo convincente para el lado opuesto. Larga distancia no necesariamente es inferior a una relación cercana geográficamente hablando”, dice Crystal Jiang.
Entre sus hallazgos se comprobó que el amor sobrepasa las fronteras, ya que las parejas que están apartadas –de acuerdo a las 63 parejas heterosexuales que participaron (de entre 18 y 34 años)–, dicen estar emocionalmente más unidas, en comparación con otras que viven en el mismo lugar.
Los resultados también indicaron que las parejas alejadas comparten más su intimidad y su perspectiva el uno con el otro. Y sienten que su enamorado(a) está más atento(a) e interesado(a) en los detalles sobre su vida.
Las parejas alejadas geográficamente “se esfuerzan más en comunicar afecto e intimidad (…) y sus esfuerzos son retribuidos”, enfatiza Jiang.
“Diversos estudios han comprobado que las parejas que están juntas geográficamente tienden a terminar sus relaciones antes que las de larga distancia”, añade.
A un click de distancia
A diferencia de las relaciones epistolares del pasado, en la nueva era el secreto está en “evitar el e-mail”, dice Belinda Luscombe. Sobretodo en los jóvenes.
Actualmente un mensajito vale más que mil palabras… en un correo electrónico.
El chat y los mensajes de texto son el camino para coquetear a distancia para los jóvenes enamorados.
En el estudio de Jiang y Hancock, los participantes optaron por medidas prácticas e instantáneas para expresar sus sentimientos, aunque sea con diferencia de horario, dependiendo del país en el que se encuentre la otra persona.
Luscombe subraya que en las relaciones de larga distancia, “el e-mail es la forma de comunicación menos romántica. Punto extra para la tecnología moderna (apps de chats)”.
Y tiene sentido dada la constante interacción en línea. En este espacio aludimos a un estudio publicado el mes pasado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), en el que se establece que los matrimonios de las personas que se conocieron por Internet son más exitosos que los de las personas cuya relación inició tradicionalmente, según reveló una encuesta realizada a 19 mil 131 estadounidenses.
Los resultados constataron que el 7.67 por ciento de parejas “offline” (que se conocieron en persona) se separaron. Comparado con el 5.96 por ciento de la parejas “online” (que se conocieron por Internet) que terminaron su relación.
Con el acceso instantáneo a la Red, el estar separados, pero conectados, se vuelve la clave para que las relaciones de larga distancia sean duraderas, sólidas y estrechas.
Cantidad y calidad
Uno de los factores que demostraron ser de ayuda para que dure una relación de este tipo, es que las personas “se esfuerzan más por conocer a la pareja y ven el lado positivo de su conducta al no tenerla cerca, dos tendencias que se manifiestan cuando se comunican en medios basados en mensajes de texto o correos electrónicos, ya que intentas superar las barreras de estos medios”, añaden Crystal Jiang y Jeffrey Hancock.
Y no podía faltar, la cantidad y la calidad. Aunque se ven poco a lo largo del año, las parejas disfrutan hasta el último segundo que pasan juntos.
Por lo que, sean los días que sean, aprovechan el momento e intentan que sea de la mayor calidad posible.
Pero como todo cuento de hadas, siempre estará la otra cara de la moneda y los pleitos también aparecen, así como las diferencias por no poder tener contacto físico y/o pasar más tiempo juntos.
La añoranza y extrañar al ser amado puede causar que la persona idealice a su pareja.
Gail Saltz, psiquiatra de Nueva York, dijo a TODAY que la razón por la que todo tiende a ser “color de rosa” para las parejas de larga distancia, se debe a que, por la ausencia, “los enamorados se idealizan uno al otro, o los perciben en términos positivos poco realistas”.
A diferencia de las relaciones convencionales, las de larga distancia pueden terminar más rápido. Es decir, simplemente se dejan de hablar y el alejamiento es más fácil.
No así el duelo, ni la lucha por curar a ese corazón roto.
Algunas de las razones más comunes por las que se termina una relación de larga distancia son que no hay interacción, ni convivencia física.
Si no se establecen a tiempo y en conjunto los perímetros de la relación, es posible que no dure mucho, pese a las teorías como la que destaca de los resultados del estudio de Jiang y Hancock.
También, el hecho de tener instalado Skype y un celular en las manos durante todo el día, no es sinónimo de complacer, ni estar atento de la pareja.
Se recomienda que en lugar de llamada telefónica, sea videollamada. Y que esto sea una práctica diaria.
En lugar de un mensaje de texto con información trivial, se deben enviar mensajes que hagan sentir a la persona halagada, valorada y respetada.
Uno de los puntos más importantes que compartieron las parejas del estudio de Jiang, fue que hablar de un futuro juntos refuerza la relación y de alguna u otra manera, hace que la pareja se sienta uno más cerca del otro. Pese a que pueden estar separados por estados, países y/o continentes.
La confianza, fidelidad y la lealtad también son ingredientes que no deben faltar. Aunado a tratar de visitarse con frecuencia, en la medida que sea posible.
Una de las ventajas de estas relaciones es que la pareja tiene mucho qué contarse y compartirse. Además, cada una de las personas dispondrá de todo el tiempo que quiera para realizar actividades individuales, se concentrará en objetivos y metas, tales como hacer algún tipo de ejercicio.
A su vez, cada uno tendrá más tiempo de convivir con su familia y sus amistades, sin descuidar su relación.