En 1872, Benito Juárez, presidente de México por 14 años, falleció en el Palacio Nacional. A 147 años de su muerte y tras múltiples cambios sociales y políticos, el actual jefe de Estado, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), lo recuerda como uno de los mejores representantes que jamás haya tenido el país, un personaje que, según ha mencionado, admira profundamente.
Y como demostración del presunto respeto a Juárez, en noviembre del año pasado el gobierno federal difundió el logo que representaría a la nueva administración compuesto por cinco personajes históricos, entre ellos el Benemérito de las Américas, quien sostiene la bandera de México en la ilustración gubernamental.
“Fue un hombre muy perseverante, nunca perdió la fe en la causa que defendía, así fue como se triunfó y se logró la segunda Independencia de México. Perseverancia, terquedad, firmeza, cuando se lucha por causas justas, eso es lo que nos dejó como enseñanza Benito Juárez”, dijo López Obrador en 2017.
Juárez fue un presidente que le dio alza a la cultura nacional, preocupándose, principalmente, por el tema educativo. Al fomentar la separación del Estado y la Iglesia, hizo que los niños y jóvenes se desarrollaran sin una intervención tan apagada a la región, algo que él no pudo experimentar.
De igual manera, durante su mandato, luchó para que la educación fuera gratuita, un campo en el que el actual mandatario, con apenas medio año de gobierno, ha tratado de impulsar
La administración obradorista cuenta con la Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez, con el objetivo de promover una educación integral, equitativa y de calidad para que las nuevas generaciones tengan la oportunidad de desarrollar capacidades y mejorar sus condiciones de vida.
Pero a pesar de las múltiples muestras de aprecio del tabasqueño hacia Juárez, el profesor Héctor Segovia, académico de Historia y Derecho de la Universidad La Salle, comenta, en entrevista con Reporte Índigo, que AMLO admira al originario de Oaxaca porque realmente no lo conoce.
De acuerdo con el profesor, aunque al Benemérito de las Américas se le atribuyan un sin fin de actos benéficos para la sociedad y la cultura, no se recuerda que también aprobó, cerca de 1859, el Tratado McLane-Ocampo, ofreciendo parte del territorio nacional a Estados Unidos a cambio de ayuda material en la lucha contra los conservadores.
“Las diferencias culturales que tienen estos dos personajes comienzan desde cómo fueron educados y cómo decidieron educarse. Mientras que Juárez estudió Derecho, en tiempo y forma, Obrador optó por Ciencias Políticas, carrera que terminó irregularmente. Además, el Benemérito de las Américas entendía el latín, sin quererlo profundizó en los temas religiosos, temas que le interesaban a la sociedad; Andrés Manuel no sabe manejar nada de esto”, agrega el académico.
AMLO, en busca de ser recordado
A inicios del año pasado, el entonces candidato a la presidencia de México, AMLO, declaró que quería llegar a ser recordado como Benito Juárez, y no como sus antecesores Enrique Peña Nieto ni Felipe Calderón.
Sin embargo, a pesar de los deseos del morenista, el profesor Héctor Segovia explica que para que alguien sea recordado, tiene dos opciones: hacer las cosas bien o hacer las cosas mal.
“Si no hace las cosa que debe hacer, todavía con lo que le falta, sí, lo vamos a recordar, pero como un gran mentiroso; prometió muchas cosas, la gente votó por él porque les prometió un cambio, una Cuarta Transformación, y hasta el momento no la ha cumplido”, dice el catedrático.
Con el argumento de “disminuir la corrupción y riqueza de los funcionarios”, Obrador ordenó recortar el presupuesto a distintas instituciones, entre las que destacan las culturales. Las manifestaciones al respecto ha resaltado, dejando en duda el gobierno de Morena.
Para el historiador Lorenzo Meyer, la posibilidad de que sea recordado, dependerá de resolver primero los problemas urgentes, como la lucha con el crimen organizado, la seguridad y profundizar los temas de interés social, como la cultura.
“En seis años, por muy exitoso que se muestre, no va a cambiar muchas cosas, tal vez más adelante, con otras administraciones, cuando se logre un sistema más justo en lo social, que creo que esa sería su meta final”, enfatiza Meyer.