El mundo de la tramoya y la iluminación dejó de ser un campo solamente para hombres y Las Amazonas Eléctricas son el ejemplo de esto, porque son el primer grupo de staff conformado, en su mayoría, por mujeres. Desde hace tres años, estas guerreras se adueñan del set para estar presentes en producciones nacionales.
Sophia Stieglitz, cinefotógrafa y la gaffer Ana Bertha Martínez, iniciaron este proyecto con el fin de independizarse y crear una empresa donde las mujeres pudieran trabajar más libremente, sin dejar de darles crédito a sus maestros que les dieron la oportunidad de aprender con ellos.
“Es un espacio en donde las mujeres se sienten empoderadas para aprender y crecer en el mundo de la iluminación y la tramoya, sin dejarnos sentir menos, cada una de las integrantes con diferentes personalidades, pero todo a través del respeto; el grupo ahora ya es una plataforma en la que se crea un ambiente un poco más ligero; sin embargo, somos igual de exigentes que cualquier grupo de staff porque, al final, el trabajo es trabajo”, platica la cinefotógrafa Sophia Stieglitz.
El núcleo base lo conforman nueve mujeres, pero siempre reciben a nuevas chicas que quieran aprender, incluyendo a algunos hombres. Asimismo, cuentan con un programa de chinchihuillas, o aprendices de cine, jóvenes que, incluso, se han quedado a trabajar junto a Las Amazonas; lamentablemente por el COVID-19 han tenido que ponerle una pausa a esta iniciativa para quienes desean incursionar en esta área de trabajo.
Pese a la pandemia, ellas no han parado de trabajar, siempre bajo los protocolos y reglas de sanidad recomendadas, aunque Stieglitz admite que ha sido muy complicado porque su labor es muy exigente físicamente e implica estar muchas horas junto a equipos grandes. Actualmente, Juan Martínez, uno de los gaffers más respetados del país, lidera pautas con la ANFI, el IMSS y el IMCINE para que no corran riesgos durante las filmaciones.
“El replanteamiento de los protocolos tiene pros y contras, por un lado, se han integrado pautas más justas que llevamos trabajando y luchando durante muchos años, como las horas extras y concientizando a los productores que se vuelve peligroso trabajar más de ciertas horas al día pero, por el otro, el uso de mascarillas, en un trabajo tan pesado se vuelve complicado, no obstante, nuestro trabajo es bueno y se ha posicionado bien, aunque, tenemos que ser muy exigentes en no abaratarlo”, explica Sophia.
Crecimiento mutuo para Las Amazonas Eléctricas
Durante estos tres años, Ana Martínez considera que han crecido mucho como grupo, ya muchos fotógrafos las incluyen para sus proyectos. Incluso, las buscan específicamente a ellas para trabajar en producciones especiales.
“Yo tuve embarazos seguidos, entonces, estoy un poquito en pausa, pero a partir del momento que dije ‘aquí están mis bebés’, fui a lo que sigue. Hasta ahora, el crecimiento ha sido bastante bueno, ha habido bastante apertura, nos han ido jalando más fotógrafos, no sólo fotógrafas y eso es muy padre. Nos han tocado escenas un poco eróticas, sensualonas, ya ves que, por lo regular, sacan a los hombres del set, entonces nos buscan a nosotras, ‘va a haber escenas así, queremos crear una atmósfera más íntima’”, explica Ana Bertha Martínez.
Las Amazonas Eléctricas dejan trabajar en completa libertad a sus compañeras, dan apertura y son comprensivas cuando alguna es mamá, para ellas es fácil: si hay mujeres mamás talentosas, ¿por qué no dejar que brillen?
Desde sus inicios, el medio las recibió muy bien, con asombro y mucha admiración y, a tres años de esta aventura a través de los escenarios, se lograron posicionar como un grupo de profesionales que labora a un buen nivel. Esto, agrega Stieglitz, las inspira a seguir trabajando y a confiar en que su trabajo va por buen camino.
“Lo importante es que el trabajo quede bien hecho y la seguridad de todas las integrantes del crew en el set, eso siempre es una prioridad. La verdad es que hemos creado algo de controversia y, yo sé, que hay personas que todavía se están acostumbrando a esta nueva forma de vivir el feminismo moderno pero, en general, la respuesta ha sido muy agradable y acogedora de parte de las producciones y todo mundo se llena de orgullo para trabajar con nosotras”, detalla la cinefotógrafa.
A pesar de que en algunas ocasiones los hombres dudan del trabajo de Las Amazonas al momento de maniobrar equipo pesado, ellas se quedan con las experiencias buenas, de las oportunidades que han tenido al laborar junto a gente profesional, es el caso del cinefotógrafo Alexis Zabé, así como las fotógrafas Ximena Amann y Claudia Becerril.
“No falta el compañero que se acerca y dice ‘no te vayas a lastimar, yo me la llevo, yo te ayudo’, siempre hemos sido educadas, pero, en algún momento sí es molesto, le contestas ‘no, yo puedo, yo lo hago, gracias’, y ellos: ‘uy, qué payasa o uy, qué fresa’, hay otros que lo toman bien y te aplauden; nos enfrentamos con todo tipo de personas en este medio pero, es más agradable cuando te encuentras con gente que te apoya y te motiva a seguir adelante”, comparte Ana.
El trabajo en tramoya e iluminación implica estar siempre preparadas ante algún imprevisto, al factor sorpresa y a solucionar cosas al instante, sin embargo, ellas siempre buscan crear un ambiente divertido, de tolerancia y respeto. Esto les ha permitido colaborar en proyectos que les muevan espiritual y artísticamente pues, sin duda, todo lo que hacen es con pasión.