Ni la grasa saturada ni el colesterol contenidos en la carne roja son los verdaderos causantes del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Según un estudio publicado por la revista científica Nature Medicine, el problema radica en la L-carnitina, sustancia química que abunda en la carne roja.
Pero no es la carnitina per se el factor que incide en el desarrollo de condiciones cardiovasculares anómalas, sino su degradación por bacterias que están en el intestino.
En el hígado, este proceso convierte a la L-carnitina en trimetilamina-N-óxido (TMAO), un compuesto químico que altera el metabolismo del colesterol y que está vinculado al desarrollo de aterosclerosis o la obstrucción de arterias.
Así lo concluyeron los investigadores de diversas instituciones al analizar las muestras de sangre de 77 voluntarios, incluidos 26 vegetarianos o veganos, luego de haber consumido carne roja.
Las pruebas demostraron que la ingesta de L-carnitina aumenta los niveles de TMAO en la sangre, lo que detona el riesgo de padecer enfermedades coronarias y hasta causar la muerte.
En comparación con los omnívoros, las cantidades de TMAO producidas fueron significativamente menores en los vegetarianos y en los veganos, incluso cuando estos tomaron suplementos de L-carnitina.
“No esperábamos ver esta diferencia tan dramática”, dijo a The New York Times el doctor Stanley Hazen, coautor de la investigación.
El también director del Departamento de Medicina Cardiovascular de la Clínica Cleveland, en Ohio, explicó a Nature que es probable que una dieta rica en L-carnitina promueva el crecimiento de bacterias capaces de metabolizar la sustancia en el hígado y convertirla en TMAO.
Bacteria de riesgo
Para corroborar que el factor de riesgo de males cardiacos es la degradación bacteriana y no la L-Carnitina, los investigadores examinaron los niveles de este aminoácido en la sangre de cerca de 2 mil 600 pacientes sometidos a evaluaciones cardiacas.
Los resultados confirmaron que la L-carnitina por sí sola no es nociva para la salud.
Fueron las altas concentraciones de L-carnitina en combinación con la TMAO las que marcaron la diferencia en el bienestar de las personas en esta etapa de la investigación, haciéndolas más proclives a sufrir enfermedades cardiovasculares.
Esta condición se presenta, independientemente de otros factores de riesgo, como altos niveles de colesterol, hipertensión y el hábito de fumar.
Al experimentar con ratones, los investigadores hallaron que los que fueron alimentados con L-carnitina tenían el doble de riesgo de desarrollar obstrucción arterial. Se reportó una excepción cuando los científicos administraron antibióticos para limpiar el intestino de los ratones.
Los autores de la investigación señalan que los hallazgos abren la posibilidad de desarrollar nuevos tratamientos para curar las enfermedades cardiacas.
Respecto al consumo de los suplementos con L-carnitina de tipo energético y dietético, Daniel Rader, investigador en enfermedades del corazón de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania, dijo a Nature que ninguno de sus supuestos beneficios que promueve la mercadotecnia han sido probados.
“No veo motivo por el cual alguien necesitaría tomarlos”, expresó.