Alejandra Corman calla la voz del ‘no puedo’ con la obra Abril y su sombra

Desde Ecuador llega a México Abril y su sombra, obra que indaga en los recuerdos de una vida para curar las heridas emocionales. En entrevista, la dramaturga y directora Alejandra Corman platica que esta pieza surgió a partir de una crisis personal
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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“Una mañana me pregunté ¿para qué me despierto? No tengo nada qué hacer hoy, no estoy haciendo nada con mi vida, pero, de inmediato pensé que necesitaba pedir ayuda”, fue la confesión que la actriz ecuatoriana Alejandra Corman hizo durante la pandemia, una época complicada y difícil de transitar, pero que lejos de dejarse caer física y anímicamente decidió tomar la pluma y verter todas sus emociones.

El arte la sanó y el resultado de esta reflexión podrá verse, por primera vez en México, con Abril y su sombra, el 15 y 16 de noviembre en La Teatrería.

“Fue muy fuerte el proceso de sacarlo, más allá de la terapia y la introspección que yo pudiera hacer, había una necesidad artística, como cuando te sucede algo malo y al contarlo muchas veces pierde su poder. Para mí crear esta pieza artística representó dejar que ese sentimiento ya no estuviera en mi vida”, explica Corman a Reporte Índigo.

Abril y su sombra es un monólogo que lleva a las y los espectadores a sumergirse en la mente de una mujer que vive con depresión, ansiedad e insomnio. Interpretado por Alejandra Corman, desdobla a tres personajes en escena y, a su vez, también es la dramaturga y directora de este montaje.

Una noche en la que no logra conciliar el sueño, tal vez con la esperanza de hallar a un culpable de su derrumbe personal, decide visitar varios recuerdos de su niñez, adolescencia y adultez. En esta investigación ella descubre la causa, pero también la cura para sanarse.

“Tuve la imagen de una mujer cuestionándose, respondiendose y peleando, porque es un debate en nuestra cabeza. Todo esto está en la obra, es una mujer a la que se le juntan todos los males, ‘las siete plagas’, el corazón roto, la deja su novio, extraña a una amiga que ya no está con ella, no tiene dinero y ni trabajo, por lo que ella colapsa”, explica la también dramaturga.

En escena la actriz desnuda su mente, muestra su colapso y logra la empatía con el público, puesto que todos han pasado por momentos muy parecidos a los de este personaje.

Aunque profundiza en temas delicados, la obra expone el drama a través de lo absurdo con tintes existencialistas y uno que otro encuentro con el humor negro.

“Lo que más me confrontó fue el hecho de sentir que ‘no tenía una razón tan fuerte para estar deprimida’. A veces te dicen ‘si tienes todo, eres mujer completa, guapa, privilegiada, ¿por qué la estás pasando mal’. ¿Por qué no tendríamos derecho a sentirnos así?, como si no tuviéramos permiso. Pero todas las emociones son válidas, no hay alguien que te pueda juzgar por ello”, explica.

Alejandra Corman comparte que en su estreno, hace aproximadamente un año, aún tenía la herida abierta, pero ahora, para su presentación en México, ha tenido la oportunidad de “hacer el montaje suyo”.

Incluso la oportunidad de trabajar la pieza desde la dirección y producción, cambiar la escenografía, el vestuario y algunas partes del guión.

“Es una pieza que ya tiene mi sello, como dramaturga y directora. Después de esta etapa, me mudé a México, pero no sabía cómo moverme en el medio teatral. Por lo que ahora sale mi voz, decirme que sí tengo talento, que soy capaz, sólo necesito trabajarlo para callar la voz que dice que no puedo.

“A la obra le agradezco todo, me salvó la vida, porque me encontraba muy mal. Crear me recordó el porqué escribo; una imagen que fue muy oscura, ahora me da mucha luz”
Alejandra CormanDirectora

El papel de la sombra

Aunque la directora Alejandra Corman lo ve como uno de los personajes más distantes, este año representa algo totalmente distinto.

“Creo que, a nivel personal y profesional, me he permitido quitarle poder y verlo por lo que es, una caricatura. Son tus dudas y miedos, los cuales no se crean por culpa de los otros, es afrontarlos como parte de nuestra vida, pero no hay que dejarnos manipular por ellos”, reflexiona.

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