Alejandra Bogue es una figura icónica dentro de la comunidad LGBT en México. Su carrera, marcada por la valentía y la autenticidad, es un faro para muchas personas que, como ella, han luchado por abrirse paso en un mundo que no siempre fue amable con quienes no encajaban en los moldes tradicionales.
Actualmente, Alejandra se encuentra en un momento de plenitud, protagonizando el musical Priscila, la Reina del Desierto en el Teatro México Centro Teatral Manolo Fábregas. El montaje es una celebración de todo lo que ha logrado y lo que representa para las nuevas generaciones.
Alejandra Bogue interpreta a Bernadette, una mujer trans que, junto con dos drag queens, se embarca en un viaje a través del árido desierto. La obra es una adaptación de la galardonada película australiana The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert.
“Es un montaje que me toca el corazón, no solo porque me identifico con Bernadette como mujer trans, sino porque esta obra representa lo que muchas de nosotras hemos vivido: el desafío constante a las normas sociales y la lucha por encontrar nuestro lugar en el mundo”, explica la actriz.
El musical, dirigido por Joserra Zúñiga, ha sido adaptado y tropicalizado para resonar con el público mexicano, incluyendo música en español autorizada. Alejandra se siente profundamente conectada con su personaje, aunque subraya que no se trata de prestarle mucho de sí misma, sino de respetar la esencia de Bernadette.
“No le presto tanto, la idea es que no le prestes tanto, lo que tenemos afinidad es que somos mujeres trans, pero Bernadette es una mujer que ya se retiró, es una diva retirada, yo todavía no me puedo retirar, me encantaría darme esos lujos, pero no, pero sí hay mucha afinidad”, expresa.
Alejandra Bogue y la lucha de su generación
Alejandra Bogue es consciente de que su generación abrió caminos para las nuevas generaciones de la comunidad LGBT.
“Gracias a nosotras, las mujeres trans, las rucas, las viejas, como nos quieran llamar, las jóvenes pueden dedicarse a lo que se dedican ahora con tanto ahínco y con la voz tan en alto”, afirma.
Si bien los tiempos han cambiado, no siempre fue así. Alejandra recuerda épocas en las que ser una persona trans era aún más complicado y peligroso.
“Vivimos momentos muy oscuros, pero estaba la gente menos enojada y eran menos criticones, claro, había discriminación y represión, pero no era tan oscuro como lo vivimos ahora, donde todo se magnifica y todos se sienten con el derecho de opinar“, considera.
Para la actriz, haber sobrevivido esos tiempos difíciles y estar donde está hoy es una bendición. “Estoy levantando y cosechando todo lo que he sembrado. Me siento muy plena, muy cómoda, muy contenta”, reitera.
Bogue es, sin duda, una inspiración para las nuevas generaciones que ahora gozan de derechos y visibilidad por los que ella y su generación lucharon. Sin embargo, subraya que cada persona debe construir su propio camino y hacer que su experiencia valga la pena.
“Eres quien eres y ya. Si le pones trans o no trans, eso es solo un detalle. La realidad es que tú lo tienes que hacer padre, porque la realidad es una detracción total, por donde lo veas”, comenta con la franqueza que la caracteriza.
Este espíritu de autenticidad y empoderamiento es lo que la ha mantenido vigente y relevante en una industria que no siempre ha sido inclusiva. En Priscila muestra su talento en la actuación y su habilidad para cantar y bailar, una combinación que ha descubierto que puede disfrutar plenamente.
“Cantar, actuar y bailar al mismo tiempo cuesta mucho trabajo. No sabía yo que sí lo podía hacer. Esto es cantar, no quiere decir que soy María Callas, mi amor, canto como cualquier actriz que canta, pero lo puedo hacer, lo disfruto, me siento plena y contenta en hacerlo y mejorarlo”, señala.
Alejandra Bogue utiliza el teatro como un espacio de reivindicación
La respuesta del público a Priscila, la Reina del Desierto ha sido positiva, por lo que Alejandra comenta que no necesita palabras para saber que la obra está tocando a la gente.
“No necesitan decirme nada, con ver sus reacciones, ver el teatro lleno y recibir un aplauso de pie, eso ya me lo llevo celosamente en el corazón”, dice emocionada; además, afirma que dicho éxito no es solo suyo, sino del equipo completo que ha trabajado en el montaje.
“Es una obra compleja, difícil, con muchos tiempos y hechos por contar. Pero lo hemos logrado todos en comunión. Cada pasador que me ensartan en la cabeza para la peluca me hace muy feliz. Es un todo”, afirma Alejandra
Uno de los temas más importantes que aborda Priscila es la diferencia entre la identidad de género y la expresión artística del drag. Alejandra, con su vasta experiencia, es clara al respecto: “Ser drag no es una identidad de género, es una expresión travesti-artística. Es una vertiente más, pero no es una identidad de género”.
Esta diferenciación es crucial en un momento en que la cultura pop ha popularizado el drag, a veces difuminando las líneas entre el arte y la identidad. Alejandra, con su papel en Priscila, ayuda a educar y a aclarar estas diferencias, contribuyendo a una comprensión más matizada de la diversidad dentro de la comunidad LGBT.
La participación de Alejandra en este musical es solo la última manifestación de su compromiso con su arte y su comunidad. A través de su trabajo, ha mostrado que es posible vivir con autenticidad y valentía, y que, aunque los tiempos cambien, la lucha por la dignidad y el respeto es constante.
Alejandra Bogue ha sido, es y seguirá siendo una pionera, no solo en el escenario, sino en la vida. Su historia es un recordatorio de que, aunque el camino sea arduo, vale la pena recorrerlo. Como ella misma dice, “me caigo bien a mí misma”. Y eso, en un mundo que a menudo nos desafía a ser cualquier cosa menos auténticos, es quizás su mayor logro.
Toma nota
- Teatro México, Centro Teatral Manolo Fábregas
- Viernes, 20:30 horas
- Sbados, 17:00 y 20:30 horas
- Domingos, 17:00 horas