Alberto Patiño se transforma en ‘la reina del espectáculo’ para defender los derechos de la comunidad LGBTI

Con vestidos hechos de papel china de colores, la compañía Proyecto 21 celebra 16 años de aniversario con Vestida y alborotada, espectáculo burlesque que muestra las luchas contra la homofobia
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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En 2009, el actor Alberto Patiño creó a ‘Alberta Cánada’, un personaje que le ha ayudado en su proceso de liberación. Con ella siente que puede ser la reina del espectáculo, la persona más bella y la mujer más espectacular, sin la necesidad de ocultar su tono de piel, ni sus rasgos indígenas; además, le da la oportunidad de presentar sus propias canciones, con el fin de que su público se divierta, a la vez que invita a reflexionar sobre la importancia de la diversidad y el respeto a los demás.

Junto con ‘Alberta Cánada’, el también artista visual ha podido abrirse camino para presentar, a lo largo de 16 años, espectáculos a toda clase de públicos, desde personas en situación de calle y trabajadoras sexuales jubiladas de la tercera edad, hasta activistas, todo con sus propios recursos y de manera independiente.

En la obra Vestidas y alborotadas está conformada por Alberto Patiño como ‘Alberta Cánada’, Den Villuendas como ‘La que canta’ y Hazel Hamdan como ‘Hazel Rosé’

“Alberta es un mecanismo de expresión y autodefensa, yo soy un hombre gay, travesti y moreno, me cuesta muchísimo más, desafortunadamente, que a otros compañeros actores obtener papeles dignificantes, siempre soy el niño que habla maya, el chacal, el sicario o el pobre y estoy cansado de que ese sea el papel que la sociedad, la industria del cine y la televisión me imponen”, expresa Alberto.

El actor realiza sus espectáculos en las calles, albergues o en otros sitios alternos y no en espacios como bares o cantinas, pues, comenta, sin ser clasista, que no quiere embrutecer a la gente, al contrario, anhela que despierte y vea las múltiples posibilidades de la escena cabaretera y drag.

Una compañía independiente

Proyecto 21 es una compañía que celebra 16 años de promover arte y cultura independiente en México, algo que le ha implicado a Alberto una aventura de fracasos y victorias.

Junto a Proyecto 21, se especializa en hacer teatro y cabaret para audiencias que si bien no acostumbran a asistir a teatros o galerías, tienen necesidad de consumir el arte, pero no siempre es atendida.

El festejo lo realizará con el reestreno del espectáculo Vestidas y alborotadas, un recorrido cabaretero, con números burlesque y parodias, por cuatro décadas de historia en las cuales se abordan 12 anécdotas que muestran las luchas por el reconocimiento de los derechos humanos de las personas LGBTTTI y de combate contra la homofobia.

“Ha sido un camino muy difícil, pero de mucho aprendizaje. Desde finales de los 90, se le da personalidad jurídica a los homosexuales, a quienes se le quita como agravante en la comisión de algún delito y se les otorga la identidad de género, pero también es la lucha por el matrimonio igualitario, la lucha por la interrupción legal del embarazo, pareciera es un tema ajeno a la diversidad sexual, pero que habla de la lucha y el combate contra el machismo en este país”, aclara.

Desde 2011 ya existe un avance en el espectro legislativo, ya que existen reformas sobre los Derechos Humanos donde se prohíbe la discriminación. Sin embargo, de acuerdo con el actor, el mayor reto que se tiene es hacer cumplir esas leyes; además que durante la pandemia se incrementaron las cifras de discriminación y violencia, pues muchos jóvenes regresaron a los núcleos donde eran violentados.

“En la ciudad hay toda una discusión en cuanto a la identidad de género de las infancias, así como terapias que te ‘quitan’ la homosexualidad o lo lesbiana, lo cual es una aberración, parece que estamos en pleno siglo XVI. Sí hay avances, pero cuando se siente que damos dos pasos hacia adelante, sale, por ejemplo, una Yuri opinando que el matrimonio es entre el hombre y la mujer y que los homosexuales no deberían de adoptar, ahí ya dimos tres pasos atrás”, comenta.

Abrazar la diferencia para Alberto Patiño

En este sentido, Vestida y alborotada habla de cómo la sociedad sí ha cambiado, de que existe una sensibilidad para aceptar y abrazar la diferencia y no sólo eso, también se manifiesta.

No obstante, aún hay una lucha que debe ser constante, algo que le ha permitido a Alberto realizar con la obra y Proyecto 21 y ahora, a través de la Secretaría de Cultura federal, llevar este mensaje a nivel institucional, pues también considera que el trabajo parte desde el Estado mexicano, para crear una sensibilización y empuje de la cultura de la inclusión y la no discriminación.

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“Ya no está bien visto decirle a alguien ‘maricón’ en la calle, porque hay una incomodidad social, por esa agresión y etiqueta y eso en mis años de adolescencia no existía. No podía darle la mano a mi novio a los 15 años, en el ’95, ahora sí; aunque siguen habiendo estos guetos donde ‘aquí está bien y aquí no’, ‘vete a la Zona Rosa para travestirte y hacer un show’. Se trata de seguir luchando, la comunidad LGBTTTIQ ha tenido que aprender a encontrar alianzas”, relata.

Una de las mayores oportunidades que su profesión le ha otorgado fue asistir al festival CompARTE y unirse a un caracol zapatista, uno de los primeros movimientos contemporáneos que han hablado de las personas sexo diversas, lo le cual significó mucho aprendizaje, pues hubo identificación de violencias, del clasismo, la marginación y el racismo.

“Llevar reflexiones a espacios donde se necesita ver este tipo de espectáculos, no sólo sirven para divertirte, sino que, entre risa y risa, puedas hacer un ejercicio profundo y reconocer las violencias que cada uno ejercemos en el cotidiano y no nos damos cuenta.
Alberto Patiño,director de Vestidas y alborotadas

“Cuando estás en estos espacios de conocimiento, superas esos prejuicios, pero si no fomentamos la libertad y el entendimiento mutuo, el gusanito se reproduce solo y la discriminación no parará, por ello, nosotros tampoco podemos parar”, concluye Alberto Patiño.

Programas

Actualmente Proyecto 21 trabaja en conjunto con la Alianza Anahuaca, colectivo de diferentes calpullis de la Ciudad de México, donde enseñan el idioma náhuatl.

Como parte del Programa Social “Colectivos Culturales Comunitarios”, de la Secretaría de Cultura, realizan trabajos con barrios populares para hablar sobre los derechos de la comunidad LGBTTTIQ a través de contenidos artísticos.

En Conexión

PÁGINA: https://proyecto21mx.blogspot.com/

Facebook: @Proyecto21mx 

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