El arte elaborado por David Alfaro Siqueiros sigue distinguiendo a la Ciudad de México como una de las urbes más ricas en pintura y escultura, y es que a los 46 años de la muerte de este artista mexicano, aún se reconoce su labor y herencia por la cultura nacional.
El artista perteneciente al grupo de los muralistas más destacados del país, junto a Diego Rivera y José Clemente Orozco, es autor de múltiples obras, entre las que destacan La Marcha de la humanidad, mural expuesto en el Polyforum Cultural Siqueiros desde los años 70, y El pueblo a la universidad, la universidad al pueblo, pieza que decora el edificio de la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Y aunque estas obras son parte primordial de México debido al manejo de las técnicas implementadas, a través de los años han recibido diferentes daños, los cuales, de acuerdo con funcionarios correspondientes, están a un paso de solucionarse.
“David Alfaro Siqueiros cuenta con una familia que se preocupa cotidianamente por la preservación y el cuidado de difusión de su arte (…) Por ello, hace un año nos comprometimos a recuperar los espacios donde el maestro generó obra, posicionamiento político y también un gran compromiso con México”, sostuvo la doctora Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
En la Rotonda de las Personas Ilustres, donde se reunió la descendencia del muralista para conmemorar los 46 años de su muerte, la también antropóloga especificó que desde que el INBAL y la Secretaría de Cultura entablaron una relación formal con los familiares del muralista, fue que comenzaron las acciones para preservar y cuidar los espacios y obras a los que Siqueiros dedicó parte de su vida artística.
De acuerdo con la doctora Jiménez, a la fecha ya se revitalizó La Tallera, antiguo taller y residencia del muralista, así como la Sala de Arte Público + Proyecto Siqueiros (SAPS), espacios, destacó, donde se recuperó y realzó la contribución teórica, artística, política y pedagógica del artista plástico.
En el Museo Nacional de Arte (Munal), así como en el Museo de Arte Moderno (MAM), se aborda el trayecto artístico que el muralista realizó a lo largo de su carrera, mientras que en el Museo de Arte Carrillo Gil se exponen 10 piezas del pintor, entre las que destacan Torso Femenino (1945), Formas turgentes (1946) y Casa mutilada (estudio de texturas) (1950).
Y aunque México gozará de la herencia artística de Siqueiros a través de diferentes exposiciones, la Secretaría de Cultura, a través del INBAL, prestará algunas piezas originales del pintor a museos de diferentes países, como al Cobra Museum of Modern Art, ubicado en Amstelveen, Países Bajos; al Whitney Museum of American Art, de Nueva York, Estados Unidos, y al Blanton Museum of Art, en Austin, Texas.
“En octubre hicimos la inauguración de todo un planteamiento expositivo en el que se aseguró que el arte moral, integral y con perspectiva de Siqueiros sería expuesto a nivel nacional e internacional”, argumentó Jiménez, referente a las obras prestadas.
Preservación a grandes obras de Siqueiros
Con respecto al Polyforum Cultural Siqueiros, sitio que posee una de las obras más representativas del maestro, tanto Alfredo Suárez, dueño del recinto cultural, como la doctora Lucina Jiménez, dieron a conocer que se han citado en diferentes ocasiones para dialogar sobre la preservación del establecimiento, una acción que le corresponde al INBAL.
Detrás de la tumba del pintor, fue que Jiménez dijo que el caso Polyforum se tuvo que dividir entre el gobierno de la Ciudad de México y el INBAL, con el fin de agilizar su recuperación. De ese modo, mientras la administración capitalina asumirá la relación con los dueños del recinto referente al mobiliario, la institución cultural se encargará de la restauración y preservación.
“Estamos a un paso de que nuestro arreglo con el señor Suárez quede solucionado (…) Asumimos la responsabilidad y el compromiso de ir atendiendo todas las solicitudes que se vayan planteando para la restauración, empezando por las techumbres”, especificó Jiménez.
Por otra parte, la antropóloga sostuvo que los murales ubicados en la Rectoría de la UNAM están, de igual manera, en proceso de recuperación, gracias a la supervisión de expertos.
“No hay un daño grave, pero sí hay necesidad de limpieza de graffitis y en algunos casos rectificación de ciertos colores que han ido deteriorándose con el tiempo”, mencionó la doctora Lucina.