Investigadores del Centro Oncológico Integral Kimmel de Johns Hopkins explican que las corrientes de aire generadas por un ventilador, dirigidas a la cara de los pacientes afectos de cáncer terminal, tienen la capacidad de aliviar los síntomas de la disnea, a diferencia de los opioides, cuya eficacia para mejorar la dificultad respiratoria resulta menor.
De acuerdo con los resultados de un análisis sistemático de 29 estudios aleatorizados sobre la disnea en 2 mil 423 adultos enfermos de cáncer terminal, publicado el 19 de noviembre en la revista científica JAMA Oncology, la aplicación de varios tratamientos no farmacológicos mejora la falta de aliento, entre ellos, el suministro de aire con ventilador y la asistencia respiratoria mediante el sistema de bipresión positiva.
La disnea o falta de aire, comenta el doctor Arjun Gupta, autor del artículo publicado, es un síntoma frecuente e inquietante para los pacientes que padecen cánceres terminales.
“Por lo general, la disnea se manifiesta, e incluso empeora, por la ansiedad que sienten estos pacientes, lo cual afecta gravemente su calidad de vida y merma su capacidad física. Tratar la enfermedad preexistente, en este caso, el cáncer, no siempre ofrece un alivio eficaz de los síntomas y, además, no es posible en todos los casos”, expresa el también investigador del Centro Oncológico Integral Kimmel de Johns Hopkins.
Por ello, en estas circunstancias se indica tratar el síntoma directamente, pero lo que ocurre con estos pacientes es que ya tienen comprometida la salud y no disponen de mucho tiempo para recuperarse.
Ante dicha coyuntura, los médicos deben plantearse si las ventajas de aplicar el tratamiento superan claramente los riesgos.
“Esperamos que estos hallazgos generen un cambio radical en el abordaje de los pacientes con disnea y que, lejos de apoyarnos en métodos farmacológicos, nos apoyemos en estrategias terapéuticas integrales que eviten la administración de fármacos, como el suministro de aire mediante ventiladores”, opina Gupta.