Adriana Rodríguez de Altamirano, “Lady Chiles”, ha permanecido en silencio ante la ola de críticas en su contra desatadas en redes sociales a raíz del polémico video en el que exhibe a su empleada doméstica, a quien humilla por haberse “robado” un chile en nogada.
Hasta ahora. Adriana Rodríguez, cuyo caso trascendió al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), que inició un procedimiento de queja en su contra, respondió con un extenso post publicado la semana pasada en su cuenta de Facebook, en el que asegura que “juro por la memoria de mi hija que no he salido (de su casa) en seis días”.
En el texto, “Lady Chiles” abundó en detalles sobre el contexto que le hizo “quitarse la pena” “respirar” y pedir a su empleada doméstica, Nieves Isabel Arjona Miranda, que le mostrara su bolsa a su salida, momento en el que “comprobé que esta señora me mintió y abusó de la confianza que le di”.
“(…) y la señora no me estaba robando por hambre… porque no se estaba llevando frijoles o galletas Marías”, escribió.
Además, mencionó que ha leído “cosas terribles de nosotros, de gente que no nos conoce”. Y enfatizó que “lo verdaderamente imperdonable y doloroso, por donde se quiera ver”, son los “brutales insultos y feroces ataques” de los que ha sido objeto quien fuera su única hija, Andrea, quien perdió la batalla contra el cáncer hace once años.
Y puso como ejemplo lo que aparentemente es de autoría de un usuario en Facebook bajo el nombre de Darv Love Alcocer:
“Que mas castigo kieren. La lady chiles ahora anda llorando por que publicaron una foto editada donde aparece la hija, otra perra culera en vida, abrazando a un chile verde en un parque.. la hija no tiene mucho que falleció en un accidente. Igual de culera y grosera que los padres era la chamaca. Al fin mierda regresas al suelo. Ahora la ruca pude respeto. Jajaja osea ke no mame”.
Adriana agregó que “este tipo de abusos los hemos sufrido muchas veces pero siempre me ha dado mucha vergüenza pedirles a las señoras que abran su bolsa… y así siempre soy yo la que ha tenido que pagar el golpe… sospechando que la latita de atún o la barra de jabón o el sobre de Tang, van en la bolsa de la señora”.
Y es que a decir de la mujer, “en este país ya se da por aceptado que los empleados, a cualquier nivel, cometan este tipo de robo-hormiga. Siempre nos lo imaginamos, pero nunca nos atrevemos a evidenciar a estas personas”.