La temporada vacacional coincide con la etapa de mayor radiación solar y, por ende, de mayores temperaturas. Este periodo, tradicionalmente conocido como “canícula”, dura alrededor de 40 días y hay una alta probabilidad de tener una mayor exposición solar en la piel.
Si bien puede ser beneficioso para el organismo, pues la exposición solar moderada incrementa los niveles de vitamina D y mejora muchas afecciones dermatológicas, una sobreexposición puede generar lesiones en la piel, incluso, en casos más extremos cáncer en ella.
“Es importante saber que no todo es cáncer y no todos los tipos van a presentarse por exposición a la radiación solar. El cáncer de piel no es nada más una responsabilidad de exposición solar, tenemos predisposición a factores metabólicos o ambientales”, aclara a Reporte Índigo el doctor José Manuel Vega, especialista en Medicina Interna de la Universidad del Valle de México.
El cáncer de piel es uno de los más frecuentes a tratar en este periodo, y aunque tiene una tasa de letalidad baja, puede ser agresivo. Si no se trata a tiempo puede crecer o diseminarse por otras partes del cuerpo y esto puede causar complicaciones graves.
Algunas señales son la aparición de un lunar, por lo que hay que poner atención a si cambia su forma, borde, color, tamaño o elevación. En estos casos es necesario acudir al médico para que realice el diagnóstico correspondiente.
¿Cómo elegir un protector solar?
Su uso es obligatorio para todas y todos, ya sea en la Ciudad o para un viaje. Sin embargo, el factor de protección dependerá del tipo de piel.
“¿Cómo lo selecciono? Uno debe ser para el rostro y otro para todo el cuerpo, pues no es el mismo tipo de piel. Las cremas comerciales son útiles, pero para la cara hay que elegirlo con más cuidado y con la asesoría de un dermatólogo, dependerá si tu piel es grasa o seca.
“Existe el mito de que entre mayor factor de protección es mejor, y no, entre más blanca la piel mayor el factor de protección solar, por eso su protección debe ser superior a 50. Para piel morena el factor de protección es menor, porque tenemos mayor capacidad de refractar los rayos UV”, aclara.
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