A medida que la población envejece, la donación de órganos por parte de personas mayores está emergiendo como una necesidad creciente y esencial en el campo médico.
En México, la tendencia demográfica está cambiando aceleradamente. Según datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO), se estima que para el año 2050, el 21.5 por ciento de los mexicanos tendrá más de 60 años, es decir, más de 32 millones de personas formarán parte de este grupo etario.
Este envejecimiento poblacional traerá consigo nuevos retos, pero también oportunidades, particularmente en el ámbito de la donación de órganos. Históricamente, se ha asumido que los órganos provenientes de personas mayores no son viables para trasplantes, bajo la falsa creencia de que el desgaste natural del cuerpo imposibilita su uso.
Actualmente NO existe límite de edad para poder donar algún órgano y únicamente las personas mayores de edad y estando en pleno uso de sus facultades mentales pueden autorizar libremente el ser donantes.#soydonanteymifamilialosabe pic.twitter.com/AMGwEAo5Yd
— Unidad de Trasplantes Puebla (@UTrasplantesP) March 29, 2022
Los avances en la medicina han demostrado lo contrario. “Es fundamental entender que no existe un límite de edad para donar o recibir un órgano. Lo más importante es que los órganos cumplan con los requisitos médicos necesarios para el trasplante”, afirma el doctor Andrés Beck Magaña, gerente médico de Caritas Pharma.
Con este nuevo enfoque se resalta la capacidad de los adultos mayores para donar y su potencial como receptores exitosos.
La creciente demanda de trasplantes de órganos en México
El envejecimiento de la población va acompañado de un aumento en la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles, como insuficiencia renal, cardiopatías y enfermedades hepáticas, que a menudo desembocan en la necesidad de trasplantes.
La demanda de órganos en el grupo de mayores de 60 años está en aumento, y las experiencias positivas en México con trasplantes en pacientes mayores de 70 años son prueba de que la edad no es una barrera infranqueable.
En muchos casos, los órganos de personas mayores se destinan a pacientes de edad avanzada. Este criterio de asignación no solo es ético, sino también efectivo, ya que se estima que la esperanza de vida útil del receptor puede ser mejorada significativamente cuando el órgano proviene de un donante de edad similar.
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▶️”La edad como tal nunca es un condicionante pero si la situación clínica”, explica e Dr. @torreandfriends en el vídeo ¡escúchalo!!#SaludRenalSiempre
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— Fundación Renal (@friat_es) August 26, 2024
Además, las terapias inmunosupresoras modernas, que ayudan a prevenir el rechazo del órgano trasplantado, han hecho posible que los pacientes disfruten de una buena calidad de vida.
El proceso de selección de donantes es riguroso. Cada órgano es evaluado meticulosamente para garantizar que cumpla con los estándares de funcionalidad necesarios. A pesar de que, a partir de los 50 años, la función de los órganos puede verse afectada por el desgaste natural del cuerpo y los efectos acumulados del estilo de vida, los órganos de personas mayores siguen siendo viables siempre y cuando se cumplan los protocolos médicos establecidos.
“Por la gran necesidad de trasplantes que existe, crece la necesidad de explorar todas las posibilidades de cubrir esa demanda, o al menos, reducir la brecha”, destaca Beck Magaña.
Para el médico es esencial desmitificar la idea de que los órganos de adultos mayores no son útiles. Mientras se sigan los protocolos adecuados y no se comprometa la salud del donante, sus órgano pueden ser tan funcionales como los de individuos más jóvenes.