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Los rasgos que suelen relacionarse con los hipsters están en todas partes. Accesorios en forma de bigote, frascos de vidrio como vasos en los restaurantes, lentes de pasta y sombreros.
Habiendo comenzado como una subcultura que iba en contra de lo que le gustaba a la mayoría, el paso de la moda hipster al lado oscuro –o convencional– podría significar la decadencia de la tendencia.
El principio del fin son las barbas, ya que según un estudio de la University of New South Wales, el vello facial, una de las características más comunes de la moda hipster, ya alcanzó su apogeo.
La investigación, publicada el mes pasado en la revista científica Biology Letters, asegura que el atractivo de las personas se determina según la rareza de sus rasgos. Mientras menos común sea un rostro, más atractivo es.
Esto explica por qué los sujetos encuestados para la investigación eligieron el patrón de vello facial menos común, que en este caso son las caras que no tienen barba.
“Las barbas gruesas están de regreso con una venganza, y se nos ocurrió que la causa podía ser la idea de la frecuencia dependiente negativa. Esto quiere decir que quizá las personas copian a los George Clooney y Joaquin Phoenix y usan barba, pero mientras más gente lo hace, el valor de hacerlo disminuye, y hemos alcanzado el tope”, explicó a la BBC el profesor Rob Brooks, autor del estudio.
Este, además, cree que el origen del regreso de las barbas es la crisis financiera del 2008.
“Creo que una de las razones por las que volvieron es que fue un momento difícil. Los jóvenes competían por atraer a alguien cuando el trabajo era difícil de conseguir, así que algunos aspectos (de la masculinidad) se intensifican”, señala.
Y agrega que “después de la caída de Wall Street a finales de los 20, hay evidencia circunstancial de que las barbas tuvieron un auge. Tal vez las condiciones económicas han contribuido”.
Ahora que las barbas parecen estar de salida, podrían llevarse con ellas el dominio del estilo de vida hipster.
Un adiós como cualquiera
Todas las modas pasan, pero para los primeros hipsters –que lo fueron antes de que serlo fuera cool–, su estilo de vida es más que una moda.
El problema fue la paradoja. Cuando las masas adoptaron la etiqueta, el estilo y los gustos de este grupo, le quitaron la originalidad que lo hacía único, igual que sucedió con las barbas.
A la sobreexposición sigue el hastío, y el rechazo: quienes invirtieron en unos lentes de pasta y entradas a Coachella para ser diferentes a los demás, ahora forman parte de la masa uniformemente vestida con skinny jeans de colores.
Esto también explicaría el ascenso de la tendencia normcore, cuyos adeptos eligen usar ropa que solo puede ser descrita como normal: jeans, polos, tenis. Mucho menos interesante que el hipster contemporáneo, pero también mucho menos común.
Y es que quizá la mejor descripción del fenómeno no es decir que los hipsters desaparecen, sino que la etiqueta cambia de dueño.
¿Veremos todavía a personas fascinadas con la música independiente? Sí.
¿Habrá algunos que no dejen ir las corbatas de moño? También. Y probablemente sean los mismos que las usaron antes de que se les pusiera nombre.
Como el término hipster, originado en la década de los 40 y definido por Frank Tirro en su libro “Jazz: A history”, de 1977, se refiere a “un hombre clandestino”, la etiqueta podría pertenecer a diferentes grupos según el momento en que se vive.
Sin embargo, hay un elemento común en los hipsters de toda época, y el término podría volver a referirse a ellos, y solamente ellos, en cualquier momento.
“Históricamente, los ‘protohipsters’ han sido conocedores, gente que se desvía de la norma. (…) Con el paso de los años atrajeron a una nueva generación de jóvenes urbanos, que convirtieron la noción de un hipster en una parodia comercial”, explica Chris Sanderson, analista de tendencias, a The Observer.
“Los nuevos hipsters quieren lucir de cierta forma, ser vistos haciendo ciertas cosas, pero sin hacer la investigación. Se apropiaron del estilo de vida y la mentalidad del ‘protohipster’”.
Y así como convirtieron lo alternativo en tendencia, lo sustituirán por la próxima novedad, y los hipsters serán libres de ser hipsters sin que nadie se los diga.