Greg Corrado, neurocientífico e impulsor de Google Brain, proyecto de Inteligencia Artifical de Google ha declarado: “No entendemos muy bien cómo funciona la consciencia, apenas sabemos nada de ese proceso humano. Problablemente nunca seamos capaces de construir máquinas que tengan consciencia de sí mismas”.
Es cierto que en la última década los avances tecnológicos son cada vez mayores y que se ha logrado que las máquinas o robots tengan cierto grado de inteligencia e incluso han logrado superar a los humanos en tareas específicas, pero crear consciencia en ellas no ha sido posible y parece que nunca lo será.
Nueva inteligencia
En la actualidad, expertos ya trabajan en máquinas que aprenden cosas básicas de los humanos y a raíz de eso generan cortos conocimientos, pero la consciencia en sí es todo un reto.
En caso de lograrlo, según los expertos, su impacto va a ser tan revolucionario como el de internet. Sin embargo, aunque estas máquinas capaces de aprender por sí solas empiezan a mostrar rasgos propios de la inteligencia humana, están a años luz de poseer cualidades tan inherentes y determinantes del hombre como el sentido común, la consciencia o las capacidades social y creativa.
El cerebro y el proceso del conocimiento siguen siendo un misterio y, subraya Corrado, “el objetivo de la inteligencia artificial no es replicar a la humana, pese a que se aprovecha de los avances de la neurociencia, sino crear sistemas aparentemente inteligentes”.