Adicción ‘sin comerciales’

En el 2013, un año después de que se estrenara “House of cards”, Kevin Spacey se dirigió al Edinburgh Television Festival para avocar por el derecho de los televidentes a ver cuantas horas quisieran de un programa. 

“La audiencia quiere control, quiere libertad”, dijo entonces el protagonista de la serie de Netflix que este mes estrena su segunda temporada, “si quieren atracarse, deberíamos dejarlos hacerlo”.

Cecilia Vázquez Cecilia Vázquez Publicado el
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En el 2013, un año después de que se estrenara “House of cards”, Kevin Spacey se dirigió al Edinburgh Television Festival para avocar por el derecho de los televidentes a ver cuantas horas quisieran de un programa. 

“La audiencia quiere control, quiere libertad”, dijo entonces el protagonista de la serie de Netflix que este mes estrena su segunda temporada, “si quieren atracarse, deberíamos dejarlos hacerlo”.

Seguramente poco sabía Spacey que los atracones de televisión, binge watching como se le conoce en inglés, pueden ser una señal de depresión e incluso pueden aumentar el riesgo de una muerte a temprana edad. 

Recientemente, investigadores de la Universidad de Texas realizaron un estudio en el que descubrieron que las personas que se atracan de televisión tienden más a sentirse deprimidos o solitarios, factores que también se encuentran en quienes comen y toman de más.

Los estudiantes de doctorado Yoon Hi Sung y Eun Yeon Kang y el profesor Wei-Na Lee presentarán sus resultados finales en Puerto Rico en mayo pero adelantaron que definitivamente este es un comportamiento adictivo dañino y no debe tomarse a la ligera. 

Para su investigación, cuestionaron a 316 personas entre 18 y 29 años sobre sus hábitos de ver TV y su estado psicológico. El 75 por ciento respondió que acostumbran recurrir al binge watching, sobre todo en los sitios de Netflix y Hulu. 

Comedia y romance fueron los géneros de lo más mencionado, al igual que shows como “Orange is the new black”, “Grey’s anatomy”, “Desperate housewives”, entre otros. 

Los autores, quienes confesaron tener el mismo hábito, descubrieron una correlación entre los atracones de tele con la soledad, depresión y tener deficiencias en control de las propias compulsiones. 

Sentarse frente a la pantalla ayuda a quienes se sienten solos o deprimidos a escapar de sentimientos negativos y se vuelve una estrategia para evitar enfrentar dichas emociones.

El lado mortal de Netflix

En junio del año pasado, un estudio español publicado en Journal of the American Heart Association aseguró que los adultos que pasan tres horas o más al día duplican su riesgo de una muerte temprana.

“Ver televisión es un comportamiento altamente sedentario y hay una tendencia creciente hacia todo este tipo de comportamientos”, dijo Miguel Martínez-González, jefe del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Navarra. 

Más de 13 mil personas con un promedio de edad de 37 años fueron estudiadas en tres actividades: ver tele, manejar y estar en la computadora. Fueron cuestionados a lo largo de más de ocho años, tiempo en el que 97 participantes fallecieron, 19 por causas cardiovasculares, 46 debido a cáncer y 32 por otros motivos. 

Los investigadores españoles llegaron a la conclusión de que el riesgo a morir es dos veces mayor para quienes ven televisión tres o más horas al día. Esto, sin importar edad, sexo, fumar, dieta, masa corporal y actividad física. 

En el mismo festival del 2013, Kevin Spacey cerró su discurso con una cita de Orson Welles: “Odio la televisión. La odio tanto como los cacahuates. Pero sencillamente no puedo dejar de comer cacahuates”.

Tal vez por salud, sea necesario no hacer tanto caso de las estrellas de televisión o de Netflix.

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