Hoy en día, la actuación dejó de ser considerada como un ambiente para drogadictos o prostitutas como lo fue hace 40 años, asegura el actor Carlos Espejel.
“El prejuicio cambió muchísimo. En los 80 había mucho prejuicio de que todos los que estaban en los medios, o eran drogadictos o prostitutas, y que es un medio de prostitución, o que todos lo hacían para ser famosos o que se explotaba a los niños.
“Creo que eso ha cambiado y se ha demostrado, ha pasado el tiempo y te das cuenta que la educación artística debería ser tan fundamental como las matemáticas”, explica.
El actor lamenta que en el sistema educativo actual la formación artística se limite a una clase para saber tocar algunas melodías en la flauta dulce, como se hace en las escuelas secundarias.
“La educación artística te da una serie de herramientas como para hablar en público, tener disciplina, leer, hacer un personaje, conocer el teatro, te da un ambiente diferente y, la verdad es, que se le tiene muy castigado”, expresa el actor.
Carlos Espejel tiene la escuela de actuación Xpresión Centro de Capacitación Artística, que cuenta con varios planteles. Su producto más solicitado, según cuenta, es el curso de verano, con duración de un mes y en donde los padres de familia pueden conocer si sus hijas e hijos tienen habilidades para poder interpretar a algún personaje.
Hay, además, clases de actuación, canto, baile, teatro musical, entre otras actividades.
“Después de 22 años, tenemos muy claro cuáles son los productos con los que mejor nos va, que es un curso de verano, que es muy padre porque en un mes entra el niño y tiene una participación muy intensa: toma clases de canto, de baile, de actuación y de montaje.
“Y en un mes los chavitos ya están presentando una obra de teatro o algún musical, dependiendo de la edad, ya sea de Disney o un cuento infantil de la literatura internacional o alguna comedia musical y la presentan en un teatro profesional y de ahí a muchos niños les gusta”, explica.
A partir de este curso, los menores de edad que quieran involucrarse, con ayuda de sus padres, pueden seguir con algunos cursos de mayor duración, e incluso hacer una carrera profesional de seis semestres.
“Un plan de estudios que yo elaboré, viví un tiempo en Argentina y me metí a estudiar actuación para poder hacer un programa al que yo le llamo ecléctico, donde no solamente es teatro, si no hay teatro callejero, hay impro (improvisación), canto, baile, comedia, drama. Está Molière, pero también otros autores, tanto nacionales como internacionales, y la verdad es que está muy balanceada la escuela”, concluye.