Abren sus puertas a la inclusión en la finca La Concordia
Un proyecto de esparcimiento en Zacatlán de las Manzanas busca ser un referente de accesibilidad en el estado a través de experiencias de sensibilización para atender y acompañar a quienes viven con una discapacidad; ‘todos somos personas’, afirman
Karina VargasA menos de dos años de abrir sus puertas al mercado turístico, la finca La Concordia, en Zacatlán de las Manzanas, Puebla, busca acercar a todas las personas a las actividades agrícolas y de esparcimiento de la región con miras a ser un espacio incluyente, accesible y cercano a la naturaleza.
Especializado desde hace 23 años en el cultivo de frutos rojos: fresas, moras y zarzamoras, también conocidos como berries, e inmerso en el clima húmedo del Pueblo Mágico, el lugar integra experiencias que permiten a las y los visitantes “ponerse en los zapatos del otro”.
Un ejemplo de ello es la caminata nocturna en la que un bastón y la voz de un acompañante se vuelven los ojos de los asistentes para transitar el viaje que conduce a una cata a ciegas de vinos y alimentos hechos a base de berries en el mismo sitio.
De este modo, al compartir la incertidumbre que genera la omisión de un sentido, tanto al caminar como al ingerir algún comestible los organizadores aspiran a que quienes participen expandan su conciencia social y desarrollen su empatía.
Esto se complementa con las rampas para usuarios de sillas de ruedas dispuestas en algunas de las habitaciones del hotel y el hostal; así como el Berry Bus, un transporte que apoya en el traslado de personas con problemas de movilidad; además de papelería impresa en braille para brindar información o instrucciones del lugar.
Finca La Concordia Un espacio para todos
“Para mí, como persona con discapacidad, que la vive y la experimenta, es importante que haya espacio para todos, no importando su condición, preferencia sexual, edad, físico, raza, etcétera, por eso quise que fuera una finca inclusiva”, afirma Stephanie Núñez Iturriaga, directora de Inclusión de La Concordia.
La mujer de 33 años vive con Mielomeningocelle, un tipo grave de espina bífida que puede causar distintas afectaciones, como pérdida de sensibilidad en las piernas o los pies, dificultad para mover las piernas o problemas para controlar los esfínteres.
Agrega que, desgraciadamente en el país falta concientización y sensibilidad para que existan espacios en los que las personas con discapacidad psicosocial, motriz, intelectual, auditiva o visual accedan a actividades de disfrute y descanso.
Lo anterior se suma a la actitud de la sociedad ante las diferentes condiciones, hacia las que prevalecen los prejuicios, la ignorancia y la discriminación.
“Quiero que más personas puedan disfrutar de un lugar hermoso en la naturaleza, como la finca, porque el bosque, el río, para mí también es sanador y me da paz”, comenta.
Acceso universal y turismo inclusivo
Respecto a la posibilidad de que la finca La Concordia pueda ofrecer una accesibilidad universal a todos los rincones que la integran, Stephanie Núñez comenta que buscan seguir creciendo y mejorando, pues aún falta por colocar más rampas o contar con personal que sepa y se comunique con lengua de señas.
No obstante, subraya que hay una capacitación constante para los trabajadores a fin de evitar algún acto discriminatorio.
“Creo que todo en la vida tiene un proceso y vamos poco a poco. Mis objetivos son que la finca sea totalmente inclusiva y accesible, y que nos vean lo más independientes y autosuficientes, que a pesar de nuestra condición podamos hacer cualquier cosa, solo es que nos den la oportunidad”, comenta.
Añade que el propósito principal de la inclusión es que a todas las personas se les vea por igual y no por sus características físicas.
Para Alfredo Jiménez, usuario de silla de ruedas y creador de Co-NEEK’TA, una iniciativa que busca difundir información que fomente la igualdad y combata la discriminación, es importante que un lugar inclusivo tome en cuenta la accesibilidad universal, desde lo arquitectónico hasta el trato del personal.
“La accesibilidad no solo nos beneficia a las personas con discapacidad, sino a todos, solo hay que ver que en donde hay una rampa y escaleras, la mayoría de las personas utilizan la rampa por comodidad y seguridad.
“Lo que falta es que la industria del turismo se acerque a las personas con discapacidad y nos pregunten qué necesitamos y cómo hacerlo, para que se cumplan con las normativas. Las personas con discapacidad somos un gran mercado desperdiciado”, indica.
Conmemoración y visibilidad, necesarias
En 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad con la finalidad de promover los derechos y el bienestar de este sector de la población en todos los ámbitos de la sociedad.
Sobre eso, Stephanie Núñez precisa que la importancia de esta conmemoración radica en la visibilidad y el reconocimiento de las personas con discapacidad como seres humanos sujetos de derechos.
Explica que es necesario que la sociedad se haga consciente de las barreras que existen hacia las minorías y se desarrollen mejores políticas públicas para su integración en las actividades de la vida cotidiana.
“Me gustaría que fueran más abiertos, que independientemente de la condición o un calificativo, que eso no nos define como personas, se atrevan a conocer y a convivir con personas con discapacidad, porque todos merecemos vivir una vida plena; y que haya más apoyo del Gobierno, de la sociedad y de las familias”, concluye.
Situación a nivel nacional
- 7 millones 168 mil 178 personas en México viven con alguna discapacidad y/o algún problema o condición mental en México
- Más del 40 por ciento de los habitantes con discapacidad reportaron como mayor dificultad el caminar, subir o bajar
- Las entidades con más prevalencia de población con discapacidad son Zacatecas, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Tabasco, Campeche y Yucatán
FUENTE: Estadísticas a propósito del Día Internacional de las Personas con Discapacidad (INEGI, 2021)
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