El libro de cuentos Cara de perro nació del sufrimiento, de una situación crítica. En el terremoto de 2017, Gerardo Tena, el autor, no pudo rescatar a una persona que le pedía auxilio, porque había amenaza de explosión de un tanque de gas, así que tuvo que alejarse de la zona.
Sin embargo, esa imagen de un hombre pidiéndole ayuda y él huyendo de la situación le provocó un problema psicológico, por lo que tuvo que ir con un profesional de la salud. Al principio no podía hablar del tema porque simplemente se rompía, se quebraba.
Hoy tendremos firma de libros de Gerardo Tena con su libro, Cara de perro.
Nos vemos en el stand de @GonvillLibros H7 a las 17:00 horas. pic.twitter.com/odKFsD1fLT— hormiguero.editorial (@HormigueroE) December 1, 2022
El psicólogo lo fue guiando y le dijo que si no podía hablarlo mejor lo escribiera; así lo hizo Gerardo, se puso a escribir, aunque nunca de su historia traumática, ya que nunca pudo plasmar la imagen del hombre al que había abandonado.
“Escribí muchas historias que no las leía, sino hasta meses después. Empecé a revisar lo que había escrito y lo que salieron fueron muchas situaciones de mi infancia que tenían que ver con lo que yo considero que es una de las mayores crueldades contra los niños: el abandono por parte de los padres, entonces ahí surgieron varias ideas para escribir cuentos”, recuerda el autor.
Tena logró escribir 15 cuentos y pensó en publicarlos; sin embargo, le dijeron que eran pocos, así que ideó hacer cuentos espejo.
“En Cara de perro hay 30 historias, las que llevan el número non están vinculadas con las número par, es decir, la uno se conecta con la dos. No necesariamente es el mismo personaje, pero a lo mejor de la situación del primer personaje aparece algo en la segunda. Estas 30 historias son guiadas por un niño que se llama Cerillo”, comparte Tena.
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Cerillo guiará al lector por un mundo subterráneo, fantástico y lleno de violencia, pero también de momentos de felicidad. Las historias ocurren en el México de los años 60 y 70 en la colonia Doctores, de la ahora Ciudad de México.
“Este libro no quiere decir que todo pasado es mejor, simplemente retrata las pasiones en ese contexto, en el de un barrio bravo de la Ciudad de México”, explica el autor.
Al interior del libro
Gerardo Tena reconoce que el primer paso para afrontar su situación fue de mucho sufrimiento, ya que hubo, incluso, momentos en que lloró porque recordaba cosas de su infancia, aunque nunca se retrató de manera directa en las historias, sino que tomó muchas de sus vivencias.
“Cuando ya me dediqué a limpiar las historias, a corregir, porque hay que escribir y reescribir, y a cuidar la literatura, no abundar en repeticiones o en cosas que el periodismo te deja como el queísmo, ahí lo empecé a disfrutar, porque comencé a jugar con la literatura, a crear, incluso, el libro tiene algunos juegos que no necesariamente el lector debe de saber”, confiesa Gerardo.
Hay lectores que han encontrado ese juego y se lo han hecho saber y otros que no, pero eso no importa, porque lo primordial es que el lector lo disfrute o lo sufra también, y se deje llevar por el toque de humor y el sentido irónico que poseen las historias.
El viernes 2 de diciembre fue presentado el libro “Cara de perro” de #GerardoTena en la @FILGuadalajara. Publicado por @HormigueroE. #Leer #Escribir #Libros #CaraDePerro #FelizJueves pic.twitter.com/5PWvKXIVH2
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De los 30 cuentos que forman parte de Cara de perro, Tena comparte que el más significativo para él es “Biblia”, donde se narra la relación entre una leyenda de la lucha libre y su hijo, quien es homosexual, entonces, ese dialogo que tiene un hombre rudo, un gladiador, con un joven que es todo delicado y fino, converge en un momento muy critico de sus vidas, ya que son los únicos que quedan de la familia; sin embargo, logran conectarse y hacen de la necesidad una virtud, que es el amor.
“El que más trabajo me costó fue el que da título al libro, que se llama ‘Cara de perro’, porque me recordó mucho mi adolescencia en la colonia Doctores, cuando ya dejamos este mundo infantil de estarnos correteando o de estar saltando la cuerda o jugando al avión y pasamos a un mundo más duro que es el de la adolescencia y la delincuencia, entonces, esa parte me costó mucho trabajo, plasmar este cambio, esta transformación de mis amigos y de mí ya como adolescentes-delincuentes; fue un enfrentamiento que tuve conmigo mismo”, reconoce.
El título del libro es en alusión a un dicho que dice: no pongas cara de perro que quiere patada, porque te la van a dar.
“En el barrio lo que hay que hacer es poner la cara dura, los puños duros, pero también mucho corazón, porque también hay mucha solidaridad y camaradería para salir adelante”, finaliza el autor.
Hecho con delicadeza
Gerardo Tena platica que se tardó tres años y medio en escribir Cara de perro, no porque buscara un libro perfecto, sino uno bello.
“Le pedí a la actriz Helena de Haro que si me podía leer el libro en voz alta para ver si había cacofonías, aliteraciones, si estaba abusando del hipérbaton o del oxímoron. El libro está bellamente impreso en un papel muy bonito y con unas ilustraciones muy bonitas”, considera el autor.