A 35 años del Master of Puppets, el álbum de Metallica que cambió el rumbo del metal

Metallica alcanzó con este disco un grado de sofisticación nunca antes exhibido por una banda del indomable thrash metal
Roberto Trejo Roberto Trejo Publicado el
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Metallica sacudió al mundo de la música hace 35 años con una obra cargada de complejos pasajes musicales, letras profundas e historias sobre las fuerzas que manejan desde la oscuridad los hilos de la humanidad; Master of Puppets fue el álbum que lo cambió todo.

La década de los 80 estaba dominada por bandas de hair metal, ese género musical en que la apariencia era más importante que la música; sus letras eran vacías y repetitivas, la mayoría hablaba de mujeres sexys, hoteles de lujo, fiestas alocadas, desnudistas, automóviles y sexo… mucho sexo.

El estreno del tercer álbum de Metallica, el 3 de marzo de 1986, representó la consolidación del thrash metal, un género con pocos años de vida, nacido en los Estados Unidos como una respuesta a la escena musical dominante de aquellos años.

James Hetfield, Lars Ulrich, Cliff Burton y Kirk Hammett ya se habían hecho de un importante nombre en la escena del metal con el salvaje Kill ‘Em All y un trabajo más refinado como Ride The Lightning, sin embargo, les faltaba un disco que los inmortalizara en la cúspide del metal.

En Master of Puppets, Metallica demostró que había alcanzado la madurez suficiente para desacelerar algunas secciones; la banda sacrificó un poco de velocidad, pero a cambio obtuvo riffs pesados y cargados de oscuridad, así como solos de guitarra más elaborados, incluso melódicos.

Basta con escuchar los primeros segundos de Battery; la pieza que abre el álbum comienza con un par de ominosas guitarras acústicas que muestran el inicio de un oscuro camino lleno de ira, decadencia social, violencia y el sentimiento de impotencia ante las fuerzas que dominan al mundo.

El álbum aborda historias sobre el control, por ejemplo, en Master of Puppets, la segunda canción del disco, la banda realiza una crítica a las drogas y cómo éstas terminan por dominar la vida de los adictos, quienes pierden la voluntad y sus propios deseos.

Además de una letra poderosa, esta canción muestra el grado de sofisticación musical que había alcanzado la banda. La pieza inicia de forma violenta y veloz, pero a los pocos minutos disminuye la velocidad para introducir un solo melódico; una dilación que funciona como puente previo al clímax.

La siguiente en la lista es The Thing That Should Not Be, una canción inspirada es los relatos de H.P. Lovecraft, la cual sacrifica por completo la velocidad para ofrecer la composición más pesada y lenta de todo el Master of Puppets.

Welcome Home Sanitarium, la cuarta pista del álbum y considerada como una balada de thrash metal, contiene complejos pasajes melódico que progresivamente se vuelven más violentos; una representación de la creciente locura de los pacientes encerrados en manicomios.

Sin embargo, el álbum también tiene pistas llenas de velocidad, por ejemplo, Disposable Heroes, una pieza que en cada nota emula la violencia del campo de batalla; la letra es una crítica a los ricos y poderosos que utilizan a los jóvenes como carne de cañón para pelear en sus guerras.

Por aquellos años, Metallica no producía canciones, más bien contaba historias, por ejemplo la pieza Leper Messiah, la cual relata la existencia de un mesías enfermo de lepra; no es una crítica a Dios, sino un ataque contra aquellas personas que utilizan la fe para aprovecharse de los más débiles.

Mención aparte merece Orion, la única pieza plenamente instrumental del álbum, se trata de una composición liderada por el bajo de Cliff Burton, el único miembro de la banda con verdadera formación musical y conocimiento de la armonía, melodía y ritmo.

En Orion, Burton mostró toda su habilidad con el instrumento, la misma que lo llevó a ser considerado uno de los mejores bajistas de todos los tiempos; la pieza funciona también como epitafio, pues el músico falleció trágicamente durante la gira promocional del álbum.

Para el cierre, Metallica vuelve por completo a la velocidad frenética de su primer disco con Damage, Inc., la pieza más veloz y agresiva de todo el disco, la cual aborda la problemática de la violencia y destrucción sin sentido.

No es casualidad que este álbum sea considerado por varios especialistas y fanáticos como el mejor trabajo de Metallica por su sinceridad lírica y musical, incluso hay quienes lo han considerado como el trabajo más destacado en la historia del metal.

A contracorriente de la tendencia, Metallica no lanzó un solo video para que fuera repetido hasta el cansancio en MTV, sino que se enfrascó en una larga gira promocional;  aun así logró el primer disco de platino, no sólo para la banda, sino de todo el thrash metal.

Curiosamente, los fanáticos más ortodoxos del thrash criticaron a Metallica por bajar las revoluciones en Master of Puppets, estos seguidores se decantaron en mayor medida por el brutal y veloz álbum de Slayer, Reign in Blood, el cual fue estrenado el mismo año.

Este álbum también es el responsable del porqué algunas personas detestan al Metallica actual, pues habiendo alcanzado un grado de sofisticación tan alto, años después se convirtieron en una banda más convencional con destellos ocasionales de sus viejas glorias.

Otros más señalan que la fuerza de Metallica terminó el día que Burton, el verdadero cerebro del grupo, perdió la vida en aquel accidente en la carretera. El siguiente disco de Metallica fue también muy elogiado por la crítica, pues el bajista había dejado material suficiente.

De cualquier manera, este disco colocó a Metallica como la banda más sobresaliente del thrash, al mismo tiempo que la ubicó en lo más alto de la historia del metal, junto con bandas como Black Sabbath, Iron Maiden, Judas Priest y Motörhead; Master of Puppets fue el álbum que lo cambió todo.

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