A 30 años del “…And Justice for All”; el fin de la era thrash para Metallica

Este disco se caracteriza por su sonido oscuro, seco y agresivo; además de la evidente ausencia del bajo en la mayoría de las canciones
Roberto Trejo Roberto Trejo Publicado el
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Metallica lanzó hace tres décadas su último disco de thrash metal bajo el nombre …And Justice for All; se trata del trabajo más ambicioso y oscuro que ha realizado la banda estadounidense a lo largo de su dilata carrera en el mundo de la música.

El álbum se caracteriza por poderosos riffs de guitarra, complejos pasajes de batería, canciones maratónicas, letras repletas de protesta política y una marcada ausencia del bajo, así como un sonido oscuro, seco y estéril.

La banda produjo el disco tras un duro proceso de duelo, pues el bajista Cliff Burton murió accidentado durante la gira del álbum Master of Puppets. Este golpe hizo que Metallica se planteara seriamente el retiro, aunque al final decidió seguir con un sustituto en el bajo; Jason Newsted.

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El proceso de producción del …And Justice for All estuvo repleto de contratiempos. El guitarrista James Hetfield y el baterista Lars Ulrich compusieron la mayoría de las canciones y también fueron los primeros en ingresar al estudio para grabar la base sonora del álbum.

Tras un abrupto cambio de productor, semanas después de haber iniciado la grabación, Newsted y Kirk Hammett grabaron sus partes por separado. El guitarrista ya tenía tres discos a cuestas con Metallica, pero el bajista era un novato total para las grandes ligas del thrash metal.

El productor Flemming Rasmussen, quien llegó a la mitad del proceso, no estaba nada contento con el trabajo de su antecesor y los ingenieros, Steve Thompson y Mike Barbiero, así que arregló la mezcla lo mejor posible para conseguir un sonido similar a los dos discos anteriores de la banda.

La leyenda indica que Rasmussen había logrado la mezcla ideal, pese a las fallas registradas durante su ausencia, sin embargo, cuando presentó el trabajo a Hetfield y Ulrich, los líderes absolutos de la banda, le pidieron algo totalmente inusual; que prácticamente desapareciera el bajo.

“La banda escuchó la mezcla y dijeron ‘muy bien, bájale al bajo, cambia esto y luego bájale más al bajo’. Por eso casi no se escucha. Y una vez que lo hicieron, dijeron 'bájale otros tres decibeles al bajo'. ¿Por qué lo hicieron? ¡Ni idea!”, narró Rasmussen en entrevista hace unos años.

Sin embargo, el ingeniero de apellido Thompson tiene una versión más cruda: Ulrich y Hetfield estaban molestos por el bajo de Newsted, no porque sonara mal, sino que por momentos opacaba el sonido de guitarra y batería que habían construido durante meses.

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En una ocasión, Thompson y Ulrich compartieron avión y el baterista le preguntó “Hey que pasó con el bajo en …Justice?”, el hombre se llenó de rabia y por poco lo golpea. El ingeniero suele ser señalado por la falla en el sonido, pero él siempre ha dicho que sólo seguía instrucciones.

En una situación normal, las fallas en la mezcla serían un error garrafal, pero en …And Justice for All representan una virtud, pues brindan un sonido mucho más áspero y agresivo; totalmente acorde con el concepto del álbum, es decir, un sistema judicial podrido.

El resultado son unos tambores sumamente incisivos con sonido tic-tac-pop y constantes ataques con el doble bombo; guitarras secas y muy finas; total ausencia de graves y arreglos corales en las letras; lo cual acercó a la banda a una especie de thrash metal progresivo.

Hetfield y Ulrich han calificado este periodo de la banda como sus años CNN, pues durante sus ratos libres consumían grandes cantidades de noticias para inspirarse y componer letras con alto contenido político y social.

La caratula del álbum, diseñada por el artista Stephen Gorman, da claros indicios del contenido del álbum. La imagen muestra la representación clásica de la justicia, pero atada y agrietada, con los pechos al descubierto y algunos dólares cayendo de la balanza.

El disco, con duración de poco más de una hora, comienza con Blackened, una poderosa canción de thrash metal que exhibe la manera en que los seres humanos destruyen a la madre naturaleza para satisfacer sus propios intereses. Se trata de una pieza veloz y bastante pesada.

La siguiente en la lista es homónima al nombre del álbum. Una pieza de casi 10 minutos de duración con constantes cambios de ritmo y una letra que habla sobre la corrupción en el sistema judicial. “La justicia está perdida, la justicia ha sido violada, la justicia se ha ido”, señala.

La tercer pieza del disco es Eye of the Beholder, una canción tan compleja que no ha sido tocada en vivo desde 1989. Esto se debe a que intercala una compás de 12/8, rara vez utilizado, con un 4/4, uno mucho más común.

El disco también contiene la canción One, una de las más populares de la banda. La pieza contiene uno de los mejores solos de guitarra y narra, a manera de crítica contra la guerra, la vida de un soldado que perdió las piernas, los brazos, el rostro y sólo puede comunicarse con clave morse.

Esta pieza representó su primer video musical, el cual intercala imágenes de la banda y de la película Johnny tomó su fusil. One representó el primer gran éxito comercial de Metallica en los Grammy y MTV, pese a la crudeza de la letra y la música.

En The Shortest Straw, la banda se va totalmente a lo político para criticar duramente al Macartismo, la política estadounidense que durante la Guerra Fría buscaba desenmascarar cualquier interés comunista, sin embargo, también era utilizada para censurar a los críticos del gobierno.

La sexta canción es Harvester of Sorrow; probablemente de la que se tiene menos información. Teorías apuntan que la letra habla sobre el aborto, la esclavitud o el alcoholismo, aunque Hetfield no ha querido dar mayores detalles al respecto.

The Frayed Ends of Sanity es una de las canciones más complejas, musicalmente hablando, posee algunas de los pasajes de batería más refinados del álbum. Como dato curioso, al inicio utiliza un cántico de la película El Mago de Oz.  

Aunque Burton había muerto dos años atrás, la banda le rindió un último homenaje en To Live Is to Die, una canción 99 por ciento instrumental que rescata algunas secciones compuestas por el mítico bajista poco antes de morir en un accidente carretero en Europa.

El disco culmina con la poderosa y veloz Dyers Eve, una pieza total de thrash metal en cuya letra Hetfield lanza una feroz crítica a la represión que  sufrió por parte de sus padres; un camionero y fanática religiosa que murió por negarse a someterse a un tratamiento contra el cáncer.

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No es casualidad que este álbum sea considerado el último de la era thrash metal de la banda, pues en su siguiente trabajo, popularmente conocido como Black Album, se decantaron por riffs más lentos y estructuras mucho más comerciales.

Para muchos fanáticos del metal, …And Justice for All es el último gran disco de Metallica. Y no es para menos, pues después del Black Album vinieron Load, Reload y St. Anger; este último incluso probó el género de moda de aquel entonces, es decir, el nu metal.  

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Algunas personas consideran que la carrera de la banda terminó en 1988 y todo lo que vino después no ha sido más que un remedo de los años de gloria de Metallica. Para otros, la banda sólo necesitaba probar nuevos horizontes.

Lo que sí no está discusión es que …And Justice for All representó el último álbum de thrash metal de la banda.

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