Durante los último 15 años, el mundo ha cambiado a gran velocidad, en sólo cinco lustros se han conseguido avances que en otra época habrían tardado décadas; en medio de esa transformación, Fever to Tell, el álbum debut de los Yeah Yeah Yeahs, aún tiene mucho que aportar.
¿Qué tanto cambió el mundo desde el debut discográfico de la banda neoyorquina? Estamos hablando de una era en que MySpace estaba a unos meses de salir, You Tube y Facebook verían la luz en un par de años y ni hablar de Instagram o Spotify; la comunicación eran muy distinta.
El 29 de abril de 2003, la cantante Karen O, el guitarrista Nick Zinner y el baterista Brian Chase asaltaron la escena musical con Fever to Tell, un disco ecléctico que no teme navegar por pasajes salvajes, tiernos, eufóricos, eróticos, maniáticos, reflexivos, acelerados y suaves.
Desde la primera pista, Karen O se apodera de la atención con una voz que en todo momento da la impresión de ser proyectada desde un altavoz; la vocalista combina su personalidad con elementos de Janis Joplin, Debbie Harry (Blondie) y Siouxsie Sioux para crear un estilo único.
La guitarra de Zinner es un festín de técnica y efectos sonoros que dan el sonido característico a la banda, mientras que la batería de Chase no tiene problemas para mezclar ritmos de rock, punk, pop, jazz, tocar por detrás del ritmo o hacer una especia de llamado tribal al inicio de las canciones.
Yeah Yeah Yeahs son normalmente definidos como indie rock o garage punk, sin embargo, entran mejor en la categoría de art rock, ese subgénero que se caracteriza por su tendencia a la experimentación, ambición intelectual, ritmos ambiciosos y letras más profundas.
Fever to Tell dura apenas 37 minutos, eso se debe a la herencia punk que señala que las canciones deben ser breves, rápidas y concisas; pistas como Date with the Night y Cold Night apenas pasan los dos minutos, mientas Man y Tick, juntas, sobrepasan los tres minutos.
Aunque ninguna de las canciones más breves del álbum se escucha incompleta, la banda también elaboró pistas de mayor duración y hechura, tales como No No No, Y Control o Moder Romance; esta última sobrepasa la extensión de los siete minutos.
De este disco se desprendieron cuatro sencillo: Date with the Night, Pin, Maps y Y Control
Date with the Night mezcla poderosos riffs de rock, matices de música disco, combinados con la explosiones vocales de Karen O, lo que la convierte en una canción vigorosa, que bien invita a bailar o agitar la cabeza de adelante hacia atrás.
Pin es una canción con una batería sólida y una guitarra que parece emitir una especie de chirrido que por momentos se transforma en rock, mientras la voz emite sonidos frenéticos.
Maps, la canción más popular de la banda, narra la desesperación por tratar de no perder el amor de otra persona. La pista inicia con una guitarra suave pero constante, mientras que la batería contrasta con un golpeteo de tambores; esta canción es especial para la vocalista, pues está inspirada en la relación que sostenía en ese entonces con Angus Adrew.
Por su parte, Y Control hace referencia al control emocional de una mujer. La canción tiene un sonido, hasta cierto punto melancólico, lo cual combina perfectamente con las imágenes perturbadoras que la banda eligió para el videoclip.
Mención aparte merece la portada del disco, la cual inmortalizó la esencia de la banda al dibujarlos con llamas en la cabeza, colocados en una especie de terreno baldío, debajo del paso del tren y unidos con rayones color rojo; todo esto acompañado de un marco de colores chillones.
Para celebrar los 15 años del disco, la banda ha puesto a la venta un boxset de aniversario que incluye el álbum remasterizado, un disco con caras-b, demos y rarezas, además de stickers, un libro, parches, postales y varios detalles especiales para los fans.
Aunque el mundo no es el mismo de hace tres lustros, los Yeah Yeah Yeahs y su Fever to Tell aún se escuchan actuales. La banda no ha lanzado un disco desde 2013, sin embargo, los rumores de una nueva producción cada vez son mayores.
