Aunque pareciera que el tiempo llega para olvidar, sus letras se fortalecen con el paso de los años. Tan es así que el autor de “La ciudad y los perros” todavía se hace vigente a sus 80 años de edad.
Y es que el peruano ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010, publicó su decimoctava novela a inicios de marzo titulada “Cinco esquinas”, y el año pasado se editó “Los cuentos de la peste”, obra teatral en la que él mismo actuó en el Teatro Español de Madrid.
El fuego del literato ha sido constante desde su debut en la tinta en 1956, cuando empezó publicando los relatos “El abuelo” y “Los jefes” en el diario El Comercio y la revista Mercurio Peruano, respectivamente.
En su pasado periodístico Vargas Llosa recorrió los diarios La Crónica y La Industria, para después pasar a escribir en El Comercio la columna “Piedra de toque”, misma que después recopiló en un libro homónimo en 2012.
Miras a la patria
Vargas Llosa ha pugnado arduamente por impregnar en sus letras la historia de su país, lo cual se percibe desde el inicio de su escritura, hasta su más reciente trabajo literario en el que a través de una ficción ambientada en el siglo 20, se consta el empoderamiento del polémico ex presidente Alberto Fujimori.
Además de su extensa obra en novela, cuento y teatro, el arequipeño también se distingue por ser un ávido ensayista, donde ha indagado en los trabajos de Rubén Darío, Gabriel García Márquez, Juan Carlos Onetti, Victor Hugo, entre otros.
El escritor es un melómano declarado, amante de la obra del checoslovaco Gustav Mahler, “me gustan todas sus sinfonías pero si tuviera que elegir mi favorita sería ‘Sinfonía no.2’, la sinfonía de la resurrección”, declaró en Princeton en el 2013 cuando dio lecciones para los universitarios.
El peso del Nobel
Aunque parezca un cuento de hadas, Vargas Llosa ha expresado que el ganar el Premio Nobel de Literatura no ha sido la historia perfecta que todos piensan que es.
La invasión, la fama y la constante atención que tanto medios como lectores ahora le prestan, es algo a lo que el peruano no se encontraba habituado antes del despunte en 2010.
Entre las amistades que el académico ha cosechado en sus ocho décadas están Enrique Krauze, Fernando Savater, Carme Riera, entre más figuras del mundo de la literatura actual.