30 Años de Zapatismo: Mujeres al frente en la resistencia

Sylvia Marcos, en su libro Una poética de la insurgencia zapatista, resalta la importancia del zapatismo como respuesta a luchas globales y destaca el papel crucial de las mujeres en la resistencia
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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Entre las denuncias presentadas por las mujeres zapatistas, se destacan los abusos cometidos por el ejército en diversas regiones del país, donde se vulneran gravemente los espacios y derechos fundamentales de la población.

Se acusa a los soldados de perpetrar robos y violaciones contra las mujeres. Frente a estos hechos, la comandanta Ramona, como representante del movimiento zapatista en Oaxaca, ha expresado su posición en su lengua natal, el tzotzil: “El zapatismo no sería lo mismo sin sus mujeres rebeldes y nuevas. Las indias también hemos alzado nuestra voz y decimos: nunca más un México sin nosotras, nunca más una vida sin nosotras”.

Esta anécdota, que tuvo lugar durante la aprobación de la Ley Revolucionaria de Mujeres, en 1993, fue recopilada y rescatada gracias a las memorias de la investigadora y feminista Sylvia Marcos, plasmadas en su libro Una poética de la insurgencia zapatista (Akal), antología que aborda la reivindicación de la lucha de las zapatistas y destaca el papel crucial desempeñado por las mujeres en dicho movimiento.

“Con esta obra recorro los 30 años del zapatismo, desde su inicio hasta su expansión territorial. Destaco la frase de mujeres indígenas: ‘Nosotras no poseemos la tierra, la tierra nos posee’. Esta declaración cobra gran relevancia en la propuesta zapatista, que aboga por el cuidado del medio ambiente y la tierra, rechazando la explotación”, recalca la autora en entrevista con Reporte Índigo.

Para la autora y etnohistoriadora, el zapatismo es, actualmente, la respuesta más acabada y más completa a las luchas mundiales de resistencia. Resistencia y lucha en contra de ambiciones desmedidas que también están acabando con el planeta.

Una poética de la insurgencia zapatista se presentará el 19 de enero, a las 19:00 horas, en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica

Asimismo, una propuesta innovadora, una promesa en camino de cumplirse y una lucha por la dignidad, el respeto y la justicia, así como una reivindicación feminista.

“El 1 de enero de este año hubo un evento en El Caracol, Dolores Hidalgo, Chiapas, en el que las zapatistas marcharon para celebrar los primeros 30 años del zapatismo. Es importante ver cómo ellas han jugado y siguen jugando un papel muy importante. Están participando activamente”, relata.

Para la autora, una de las primeras luchas ganadas es que se pronuncie la palabra comandantas, pues años atrás, aún se expresaba como comandantes.

Que hubiera un cambio en el lenguaje, a su vez, implicaba un movimiento y una perspectiva del papel que se creía tenían las mujeres en la lucha zapatista.

“En algún momento nadie esperaba que las mujeres fueran comandantas y menos con el racismo y la discriminación que existe en México, mucho menos en un movimiento indígena”, recalca.

El libro, que se divide en cuatro apartados, cada uno con subdivisiones, que dan pie al inicio, desarrollo y futuro del zapatismo, demuestra cómo las mujeres se han abierto paso hasta el día de hoy en el que se siguen sumando demandas.

Un ejemplo es el capítulo titulado “Otro mundo, otro camino feminista”, en el que la autora recalca las voces de comandantas en el que exigen un mundo más equitativo, en el que se respeten a las mujeres, pues “sin mujeres no sería México y un mundo sin mujeres tampoco sería un mundo”.

“Tengo 30 años de estar con ellas, pero lo que es más importante es ver que abrieron un espacio para mujeres, no lo teníamos y a partir de la Ley Revolucionaria de Mujeres Zapatistas, a la cual le dedico todo un capítulo en mi libro, se analiza el concepto de México.

“Los poderes dominantes, por fortuna, ya aceptaron esta Ley, abrió un espacio para que las mujeres, no solo las zapatistas o mujeres indígenas, sino abrió un espacio que creó un modelo a seguir de justicia y de participación política”, añade.

Así como lo enfatiza en su libro, la Ley Revolucionaria de Mujeres Zapatistas nació del zapatismo como colectivo, es decir, que comenzó con muchos meses de trabajo por parte de la comandanta Ramona, de ir a cada una de las comunidades zapatistas que existían hace 30 años y tomar decisiones por consenso, o como les llaman ellas, acuerdos, los cuales se discuten en asambleas.

En esta Ley votaron la mitad hombres y la mitad mujeres, dato que añade la escritora, pues desde su punto de vista, quiere decir que los varones, dentro del machismo que existe, reflexionaron y apoyaron a las mujeres para contar con esa ley.

“Dentro del zapatismo, las mujeres tienen lugares importantes en la toma de decisiones; sin embargo, fuera de este, seguimos batallando con el sistema político para que haya espacios que podamos ocupar las mujeres, ser respetadas como autoridades y que podamos ser capaces”, platica.

Sigue la resistencia

En este hito de 30 años, el EZLN no sólo celebra su resistencia continuada sino también destaca la contribución invaluable de las mujeres, marcando un camino hacia un futuro más justo, igualitario y respetuoso con el medio ambiente.

Marcos recuerda que antes de las conquistas españolas y portuguesas, las mujeres tenían roles más destacados y eran consideradas sacerdotisas; no obstante, esta percepción cambió relegándoles sus puestos de poder.

“El mundo europeo invadió a los pueblos latinoamericanos, impuso sus valores morales, éticos y de creencias. Su fuerza y hasta el modo de hacer la guerra. Nuestros pueblos tenían otro lugar para las mujeres, no eran inferiores, lo que pasó con esta invasión es que predominaron los lugares inferiores sociales para las mujeres y fue cuando se propagaron los roles machistas o normas que se impusieron en la sociedad mexicana”, comenta.

El territorio zapatista se convierte en el escenario de una resistencia vital, marcada por la famosa frase de mujeres indígenas: “Nosotros no poseemos la tierra, la tierra nos posee”.

Esta propuesta zapatista destaca la importancia del cuidado del medio ambiente y la tierra, desafiando la explotación en tiempos de cambio climático.

“Las tareas de cuidado son urgentes para la supervivencia del planeta. Los zapatistas defienden, no atacan, construyen un mundo alternativo que podría inspirar la supervivencia global”, señala la investigadora.

Un movimiento juvenil

En el reciente evento en el caracol de Dolores Hidalgo, se destacó la participación activa de jóvenes menores de 30 años, todos nacidos en el zapatismo. A pesar de las falsas noticias sobre su emigración, están comprometidos en el territorio, brindando esperanza.

“Está vivo el movimiento, promete seguir creando nuevas generaciones que participan en la lucha por un mundo mejor”, aclara Sylvia Marcos.

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