El ungimiento de la candidata del PRI-PAN-PRD fue meteórico, en tan solo dos meses la elegida por un grupo de intelectuales quedó en firme tras un amargo proceso que supuestamente sería ciudadano y transparente, resultó todo lo contrario. Basta decir que solo mediante declinaciones Gálvez pudo hacerse con la candidatura única. Lo de Santiago Creel no es tema menor, si él se presentaba podía haber restado votos y puesto en riesgo el proceso, luego tenemos también el caso de Beatriz Paredes, que aun estando en una posición competitiva, sin el apoyo de la cúpula del PRI, decidió declinar. Y lo que mal empieza, mal termina.
Poco después de iniciar sus recorridos, la aún senadora, es justificadamente señalada por no renunciar a su cargo público, es decir, está haciendo campaña al amparo de los sueldos que le paga el senado, el erario, el pueblo. Este comportamiento retrata de cuerpo entero la indecencia que arropa a los opositores de la Cuarta Transformación, usan el dinero público para fines particulares.
El siguiente gran escándalo de la precandidata se relaciona con dos de sus casas. Daniela Barragán publicó un reportaje donde revela que cuando Xóchitl Gálvez dejó su cargo como delegada de la Miguel Hidalgo prometió donar su departamento al Colegio Salesiano, como parte de una apuesta que perdió. Sin embargo, lo que en realidad pasó fue que la casa fue vendida a Mariana Gómez del Campo, sin ninguna evidencia de donación. El segundo caso, abordado por la misma reportera, es que en 2021 la dirigente del Frente Amplio por México compró una casa sin documentos que avalan el uso y la ocupación del inmueble. Además, y me parece lo más crítico, la autorización de construcción fue otorgada por Xóchitl Gálvez, en un evidente conflicto de interés.
El siguiente, que seguramente no último clavo al ataúd del atropellado proceso del PRIAN, se reveló la semana pasada, cuando un tuitero comentó en la red social que el documento usado por su candidata para titularse de la licenciatura en ingeniería de la UNAM, contiene párrafos plagiados. Lo que empezó como una revelación en Twitter, fue retomado por el diario El País y otros periódicos, identificando con software especializado una cantidad mayor a la inicialmente publicada. La respuesta de Xóchitl Gálvez ante estos cuestionamientos fue “Si, la pendejeé…”, intentando desestimar las acusaciones, como si fueran poca cosa, la realidad es que se tituló mediante lo que en la academia se considera robo.
La campaña aún es muy larga y el desgaste del personaje suma con cada encuesta negativos en el reconocimiento que tiene a nivel nacional. Como se comentó en otro artículo de este espacio. Lo que quieren hacer los opositores al gobierno es presentar un personaje no un proyecto, los personajes salen en televisión, en los cines, en las novelas, Xóchitl Gálvez está probando que fue solo una idea que podría haber funcionado en los libros de Aguilar Camín, jamás como presidenta. En realidad, la sociedad mexicana está apostando por un proyecto de continuidad de la Transformación, pues los datos socioeconómicos verifican la popularidad del presidente en las encuestas y el triunfo avasallador del partido Morena en las elecciones.