Valiente y oportuno

Para variar, Meade buscando reflector, organiza eventos para sustituir la cancelada comparecencia, teniendo que acudir a tratar temas en boga, aunque nada tengan que ver con su cartera. Ahora, pide a los senadores que den a conocer las acciones de gobierno para cambiar la imagen del país, cuando claramente no supo cómo evitar el ridículo hecho por Calderón en Venezuela, ni cómo explicar a los chinos la estrategia desplegada para frenar su llegada.

Pues sin duda el Senado es el lugar menos adecuado, ya que está lleno de pagos de cuota, sin que existan ahí expertos en materia económica, administrativa, o incluso, de las relaciones internacionales. 

El mensaje que México manda al mundo es el de los recortes presupuestarios, que distan mucho de ser lo que Gil Díaz -en desesperado intento por recobrar peso político- propaló a través del canal vocero de ésta administración. 

Así es, lejos de ser oportuno, el recorte presupuestario debió hacerse, en términos estrictos de ley, en el año 2013, cuando gracias a la mansedumbre del PRD y a los pactos tenebrosos con el PAN, todos los legisladores cerraron el pico al darse cuenta que el techo de financiamiento se rebasó en la bicoca de 5 mil millones de dólares, aumentando la deuda para cubrir el faltante de presupuesto, sin acatar el mandato legal que ordenaba el recorte. 

La autorización en contra del orden constitucional se dio a toro pasado, una vez que la dirigencia amarilla supo negociar cualquier cantidad de prebendas en beneficio de unos cuantos. Autorización única, jamás se había vulnerado y atropellado así el equilibrio de las finanzas públicas.

A partir de entonces la Ley de Ingresos contiene una gran cantidad de normas y puertas de escape, que se negocian en el Senado, porque ahí están los capos albicelestes con los que se negoció la entrega del gobierno y la defenestración de Vázquez Mota.

Sin alternativa alguna, o sin opción que tomar, la medida del recorte lejos de ser valiente, fue obligada. Sin embargo Gil Díaz pretende vender su inocuo apoyo al gobierno que le pisa los talones a las finanzas serpenteantes que fueron a Miami y regresaron en la Navix de los “guardaditos” y a los arreglos petroleros con el JJ Suárez Coppel. Oro Negro para Gil y negra suerte para los mexicanos. 

Es curioso que los grandes responsables del subejercicio, de los fideicomisos, de los rendimientos no declarados en cuenta pública y de los regímenes fiscales de privilegio, ahora sean los corifeos de las medidas poco eficaces que se adoptan por el equipo hacendario. 

Gil, Gurría, Meade y hasta Cordero, alcanzaron amarres con funcionarios que prefirieron tomar las riendas en lo oscurito, a deslindarse de esos inexplicables magnates, quienes no pasarían un análisis de evolución patrimonial serio. Hoy dicen admirar a los silentes guardianes de sus torpezas.

La combinación no puede ser peor, un sistema de ahorro popular en quiebra, finanzas débiles y lisonjeros millonarios que no serán sujetos al escrutinio público.