Eriberto Gutiérrez dejó el diploma y la medalla de reconocimiento que le dieron las autoridades por su participación en los Juegos Panamericanos Santiago 2023.
Minutos antes de rechazar el reconocimiento, dijo: “Qué irónico recibir un reconocimiento cuando el esfuerzo fue solo mío. Usted en su momento me negó el apoyo. Todos. Este esfuerzo es mío. Muchas gracias”.
Eso fue lo que hizo Eriberto Gutiérrez Robles, deportista de la selección nacional de canotaje de Perú, luego de que el alcalde de su natal Abancay, Raúl Peña, le diera un reconocimiento por su desempeño en los Panamericanos, en los que obtuvo medalla de bronce.
La historia de Eriberto es demasiado parecida a la de muchos de nuestros atletas mexicanos que representaron a México en los Panamericanos, y que no han obtenido apoyo del Gobierno federal.
Es muy lamentable que algunos de nuestros atletas tuvieron que ingeniárselas para poder recaudar recursos para ir a la justa, pero también, para comprar sus uniformes o el boleto de avión de sus entrenadores.
La austeridad republicana solo ha beneficiado a algunos cuantos de este gobierno, comenzando por el presidente, mientras que a nuestros seleccionados nacionales los han limitado y condicionado.
Me gustaría mucho que una o uno de nuestros atletas hicieran lo que Eriberto, pero entiendo que para muchos de ellas y ellos, actuar de esa forma los pondría en aprietos y correrían el riesgo de ser totalmente ignorados por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), en la que su titular se ha convertido en el verdugo.
Poco se ha hablado de nuestros deportistas cuando han traído a México 172 medallas, 46 de oro, 78 de plata y 48 de bronce, convirtiéndose así, en el tercer país que más preseas cosechó.
Un ejemplo de la falta de apoyo por parte de la Conade es la selección nacional de nado sincronizado, que pese a la indiferencia de Ana Gabriela Guevara, ganaron dos medallas de oro y las plazas olímpicas para París 2024.
Quiero felicitar a nuestros deportistas mexicanos, que sin el apoyo gubernamental suficiente y con la arrogancia de la titular de la Conade, han demostrado que valen oro y que nada ni nadie los detendrá en la realización de sus metas y sueños. Bien por ellas y ellos.
Sin duda alguna, nuestras y nuestros atletas mexicanos son un orgullo para el país, y son el ejemplo claro de que invertir en el deporte nunca será una mala decisión.