Un sexenio en el que la mentira fue eje de las políticas públicas

La Administración Pública Federal que encabezó, se caracterizó por las medias verdades y las mentiras verdaderas.

Durante los seis años que estuvo al frente de la Primera Magistratura, dicen los enterados, la corrupción fue parte de las políticas públicas puestas en práctica en ese lapso.

Afirman que los ejemplos de lo anterior, son su par de  hijastros.

Que la mitomanía, como nunca antes vista en un cargo de tal trascendencia, fue el eje en el que giró el destino de millones de mexicanos. Los resultados estuvieron, o están, a la vista.

El Faraón El Faraón Publicado el
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La Administración Pública Federal que encabezó, se caracterizó por las medias verdades y las mentiras verdaderas.

Durante los seis años que estuvo al frente de la Primera Magistratura, dicen los enterados, la corrupción fue parte de las políticas públicas puestas en práctica en ese lapso.

Afirman que los ejemplos de lo anterior, son su par de  hijastros.

Que la mitomanía, como nunca antes vista en un cargo de tal trascendencia, fue el eje en el que giró el destino de millones de mexicanos. Los resultados estuvieron, o están, a la vista.

Que, según el libro “Los Brujos del Poder”, este expresidente fue, es y seguirá siendo “víctima” de las maniobras de su pareja.

Según algunos datos, la lealtad no fue, ni ha sido, una de las virtudes que lo caracterizó durante su carrera política. 

Que a base de simulaciones fue por lo que llegó al máximo cargo en el país.

Gracias a las siglas del Partido Acción Nacional, se convirtió en diputado federal.

Gracias al panismo fue gobernador.

Gracias a los colores blanquiazules y, en menor proporción, al Partido Verde Ecologista de México, obtuvo la Presidencia de la República.

Muchos años después, reniega de Acción Nacional y menosprecia al PVEM.

Rompió una larga amistad con una persona que lo conoció realmente cuando, en los años 60, era empleado de una empresa transnacional.

Hoy, nuestro personaje, un “político” que nunca debió llegar a la Primera Magistratura, quiere dar clases de lo que carece. Es decir, de transparencia, honestidad y, más que todo, de honradez en todos los sentidos.

Años después de conocer el talante de este “personaje”, desde su coto de ¿poder?, pontifica:

–En los partidos políticos hay una total oscuridad en el manejo de los recursos (sic). Además, destacó la opulencia en la que viven sus dirigentes.

–”Me parece que hay mucho dispendio de recursos que directamente da el Gobierno federal a los partidos políticos, que hay total oscuridad, total falta de transparencia”.

–Considero que deben continuar las acciones para transparentar a  todos los sindicatos y a los partidos políticos que parecen propiedad de quienes los dirigen.

–”Es obvio que el Verde Ecologista de México es una franquicia personal, que el Panal fue una franquicia personal, que partidos políticos, al igual que sindicatos, parecen propiedad de estos personajes”.

Acerca de Carlos Romero Deschamps, líder de los trabajadores petroleros, el adicto a las mentiras, puntualizó:

–Lo que se empezó tiene que terminarse. “No voy a dar nombres de personas, se tienen que transparentar los sindicatos y más importante, se tienen   que transparentar los partidos políticos”.

En su perorata, este exprimer mandatario, soltó una frase que no es difícil que, lo más pronto posible, sea grabada en el muro de honor del Palacio Legislativo de San Lázaro:

–Los partidos políticos son buenos para acusar al vecino y “ver la paja  el ojo ajeno, cuando no ven la viga en el ojo propio”.

Ahora, vamos por partes:

A este señor, de pronto, se le olvidó que su pareja tuvo como amiga íntima a Elba Esther Gordillo y nunca buscó la democratización del sindicalismo en el país.

Que gracias a la opacidad, no solamente de los partidos políticos, sino de su gobierno en general, no se aclaró, por ejemplo, el caso de las playas de Tamarindillo. 

Que gracias a esa opacidad, tampoco se ha llegado al fondo de la corrupción que prevaleció en Petróleos Mexicanos, y gracias a su par de hijastros.

Y que gracias a esos partidos políticos dispendiosos, y a sus dirigentes que viven en la opulencia, él fue Presidente de México.

Van datos al canto:

–Documentos del Banco Mundial (BM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), revelaron que el poder de los grandes grupos empresariales, y de los sindicatos corporativos del antiguo régimen del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se consolidaron en el gobierno del presidente Vicente Fox Quesada, al punto de convertirse en uno de los mayores generadores de desigualdad y freno al crecimiento.

De lo anterior, hay más:

–’’Un grupo de 20 personas o familias’’, conocidos como los ‘’multimillonarios mexicanos’’, consolidaron su poder económico en esta administración (Vicente Fox). 

En 2006, exponen los documentos del BM y del PNUD, la riqueza de este pequeño grupo empresarial se elevó a poco más de 6 por ciento del PIB, unos 555 mil millones de pesos. 

En 2000, al inicio del gobierno de Vicente Fox, el ‘’valor neto de los multimillonarios’’ era de 5 por ciento del PIB, es decir, 254 mil 200 millones de pesos, si se toma en cuenta el valor del producto de ese año.

Hoy, pues, el señor del Prozac y de las mentiras verdaderas, debe y tiene que aprender a callarse, porque siempre correrá el riesgo de morderse la lengua. 

Pero estamos ciertos que la mitomanía no tiene cura ¿o sí? 

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