Un gobierno que anda en campaña

Claramente el gobierno encabezado por López Obrador no tiene un plan para atender los problemas que más preocupan a los mexicanos. En economía, en seguridad, en salud, en todo están totalmente reprobados.

Llevan cuatro años quedando a deber como gobierno porque siguen en campaña, en concentraciones y marchas desviando recursos públicos para promocionarse, como el ejemplo que explico a continuación.

En la marcha con motivo de la expropiación petrolera, es evidente el acarreo que hubo para llenar el Zócalo capitalino. Estaba lleno de camiones en las inmediaciones del centro histórico.

Los diputados, senadores y servidores públicos del gobierno morenista aprovecharon para promocionarse. Se repartieron panfletos y propaganda de apoyo a la señora Sheinbaum, en lugar de que la jefa de Gobierno se ponga a trabajar por los capitalinos, están pensando en la siguiente elección y tener más poder y dinero.

El gobierno ocupó su poder para mentir nuevamente. Ante un Zócalo repleto el día de la marcha rosa, dijeron que había 90 mil personas, y ante su concentración este fin de semana, dijeron que había 500 mil. Mienten porque saben que la realidad les es adversa. Mienten porque saben que hubo más gente en la marcha rosa que en su acarreo de este fin de semana.

El dispendio de recursos públicos para la movilización es ofensivo ante la realidad de millones de mexicanos que todos los días salen a trabajar y pagan impuestos. Que esos impuestos se utilicen para aumentar el ego del presidente, es inmoral.

Vimos decenas de pantallas gigantes a lo largo del recorrido y una infraestructura que, por cierto, demostró el clasismo de este gobierno, dividiendo al pueblo y a los privilegiados amigos y familiares de López Obrador. Una zona VIP que tira por la borda el discurso del presidente y demuestra exactamente cómo son: soberbios, inmorales y mentirosos.

Deben parar los ataques que Morena difunde en este tipo de eventos. Las imágenes que se hicieron públicas en redes sociales y en medios de comunicación donde se observa cómo simpatizantes del presidente queman una figura de la ministra Piña, es altamente alarmante en un país donde la violencia en contra de las mujeres ha incrementado.

Es preocupante que se haga apología del feminicidio en un evento organizado desde el poder, porque si eso hacen con la mujer más poderosa del país en términos de poder público, entonces qué les espera a las más de 66 millones de mexicanas.