Aunque les pese al coordinador de la bancada panista, Jorge Luis Preciado, y a Salvador Vega Casillas, el coordinador de la bancada del PRD en el Senado, Luis Miguel Barbosa Huerta, está en todo su derecho de exigir que se respete la legalidad del proceso parlamentario que previenen las leyes para aprobar la reforma energética.
Y es que por más dispuestos que estén los panistas para votar la reforma energética, no deberían invocar ningún pretexto para no discutir con los senadores petistas y perredistas, la reforma fiscal.
Por lo contrario, ahora que ya empieza el mundial de futbol, y que la selección mexicana se enfrentará con la de Brasil, sería interesante escuchar de los panistas su opinión sobre algunos hechos históricos ocurridos en Brasil, relacionados con la reforma energética y el crecimiento económico.
Por ejemplo, ¿por qué la tasa anual compuesta del crecimiento del PIB de Brasil y de México en el periodo 1990-2008 fue del 2.94 por ciento, es decir, exactamente la misma, a pesar de que en 1990 los brasileiros sí hicieron la reforma energética y los mexicanos no?
La cifra no es ningún invento nuestro, ni nos la filtró el expresidente Lula. Cualquiera la puede bajar de la Red consultando el World Population, GDP, and Per Capita GDP, 1-2010.
Y más interesante se podría poner la discusión si el contador Salvador Vega Casillas, en lugar de participar en el debate viendo la televisión, o de estar contando cuántos panistas hacen falta para el quórum, nos explicara ¿por qué México pudo crecer durante el periodo del desarrollo estabilizador a tasas superiores del 6 por ciento anual, cuando el país era un importador neto de petróleo?
Así por lo menos le podríamos decir a Lula que desde 1990 al 2008, salimos empatados en crecimiento económico, aunque ellos con reforma energética y nosotros solo con Pemex, PMI Repsol, y Carlos Romero Deschamps.
¿Otro Michoacán?
Los vecinos de la Delegación Gustavo Madero ayer vieron con sorpresa cómo el Ejército, la Marina, y la Policía Federal, en un operativo conjunto, instalaron retenes en diversos puntos del DF como los que las fuerzas armadas suelen instalar en poblaciones como Apatzingán o Nuevo Laredo, o Matamoros.
Y todo porque el gobierno de Miguel Ángel Mancera se declaró impotente para contener la ola de violencia y criminalidad que está aquejando al DF.
A este paso pronto podríamos ver cuerpos mercenarios de autodefensas entrando a la Catedral de la Ciudad de México, como lo hicieron en Apatzingán, para escuchar una arenga bendición del padre Hugo Valdemar que los exhorte a seguir buscando templarios.