Toma todo, ‘La pirinola’

Josefina Vázquez Mota Josefina Vázquez Mota Publicado el
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“Toma todo”, es una cara del juego de la pirinola, significa que habrá un gran ganador que se llevará todo, que se queda con lo poco o mucho que acumularon los demás participantes.

Hoy en México esta cara de la pirinola es la que ha venido sirviendo de brújula, pues cuando el triunfo de alguien se concibe como la derrota de los otros, y no existe la mínima posibilidad de plantear una estrategia de ganar-ganar, automáticamente cambian todas las reglas y las decisiones en lo cotidiano. No será la racionalidad económica ni el sentido común como podemos entender estas decisiones.

Porque si solo se mira al otro para humillarlo, adjetivarlo, despreciando su esfuerzo, realidad y talento, y se le coloca en el bando de los enemigos, adversarios, mentirosos y traidores, los millones de ciudadanos que creen en él y en sus decisiones, verán a estos como a alguien a quienes deben vencer y destruir.

Bajo esta premisa, destruir resulta un camino más corto que aplicar y respetar las leyes. La destrucción institucional tiene costos y daños incalculables, como ocurrió con la CNDH al imponer a su titular. Fue un ataque brutal y un atropello a la Constitución, al Congreso y a las víctimas; y todo por encumbrar a alguien a la lista de los “buenos”.

Poco importa que los pronósticos para la economía este año se hundan a paso acelerado, y que Pemex haya perdido 562 mil millones de pesos, este primer trimestre. Recursos que equivalen cinco veces el presupuesto de salud; o seis veces lo destinado a seguridad nacional; o nueve aeropuertos de Santa Lucía; o 233 aviones presidenciales, y dos veces el presupuesto total de la Secretaría de Educación. En solo tres meses, Pemex perdió el equivalente a todo el Presupuesto 2020.

La pérdida por producir, almacenar y vender petróleo, se estima que sea de 160 millones de pesos diarios. Vender petróleo es ya un pésimo negocio, con lo que Pemex se está llevando de corbata muchos otros activos del país.

Ya no hay calificación aprobatoria alguna para Petróleos Mexicanos, está por hundirse el futuro de una o más generaciones. Hecho que será considerado un triunfo para quienes se asumen como “buenos”.

La fuga de capitales por más de 206 mil millones de pesos en los primeros cuatro meses del año, prenden los focos rojos y advierten que México dejó de ser atractivo y seguro para invertir.

Los clasificados como “buenos” tendrán días menos aciagos hasta que la realidad también los alcance. La delincuencia y el crimen organizado están de fiesta, pues mientras se busca destruir y se enumera en la lista de los “malos” a quienes buscan el beneficio del país, a ellos en paralelo el gobierno les permite crecer y expandirse.

Los abrazos y llamados por demás amables y cuidadosos a “portarse bien”, deben de ser objeto de burlas y carcajadas entre armas largas y gritos desesperados de las víctimas.

Para enfrentar la peor crisis de nuestra vida, urge una sola lista, la de todas y todos los mexicanos, siendo ganadores con apego a la ley y la justicia.

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