¿Sabían que la etimología de sororidad proviene del latín medieval sororitas, que en su traducción coloquial sería “congregación de monjas” y de este llega el derivado del latín soror, o sea, “hermana carnal”? Me parece interesante que analicemos esto para dar pie a la película que se estrena esta semana en cartelera internacional: No te preocupes cariño.
En este largometraje nos adentramos al Proyecto Victoria, una comunidad cerrada, de ensueño y utópica, ubicada en los años 50, donde Alice Chambers es una de varias mujeres que brillan por ser un estandarte social. Son esposas trofeo, cuyos maridos rinden tributo hasta el cansancio (literal) y que las presumen con orgullo en este pueblo ubicado en medio del desierto.
Chambers junto con Bunny son las mujeres que mueven esta congregación de esposas, que todas al unísono hacen las tareas y oficios propios del hogar, cuales robotinas programadas para servir: lavan la ropa, hacen de comer, trapean, barren y, además, van a clases de ballet para seguir conservando la línea y cuerpos esculturales.
Mientras que los maridos salen puntualmente todos por las mañanas, conducen sus flamantes automóviles de época para dirigirse hacia las instalaciones de Victoria, donde realizan su trabajo, sea cual este sea, para volver en la noche, rendidos y cansados, y agradecerles a sus esposas su sacrificio en casa.
La única preocupación para estas señoras es ser sumisas, no cuestionar a sus esposos acerca de su trabajo, seguir cumpliendo la rutina cuales autómatas y estar impecables para lucirse en sociedad; la devoción es, además, para Frank, el creador de este sitio, al que nadie cuestiona como autoridad.
¿Se entiende la analogía? Solo falta que las protagonistas usen un hábito y se hinquen a rezar para que esto sea una iglesia, bien podrían ser justo eso, una congregación de monjas, y Chambers, cual novicia rebelde, metafóricamente hablando, empieza a hacer las preguntas incómodas que nadie se atreve a decir: ¿Qué es el Proyecto Victoria? ¿Cuál es su objetivo? ¿Por qué todo es tan perfecto?
Debo decir, queridos lectores, que no podré revelar más de esta película, no porque haya jurado secrecía o me encuentre ligado a un pacto sacro, sino porque, de avanzar en esta trama, revelaré datos precisos sobre de qué va este thriller que tiene tintes de distopía, pero invito a que se vea en pantalla grande, porque en efecto, No te preocupes cariño, marca que es tiempo de sororidad.
No me parece nada fortuito que después del #MeToo y #TimesUp, en 2018, precisamente, 18 estudios de Hollywood se pelearon por producir la siguiente película de Olivia Wilde en la dirección, y su guion estuvo en el llamado “listado negro” de esta industria, o sea, que era altamente del agrado de los productores, más nadie se atrevía a hacerlo.
Pero, ahora, después de una pandemia y una avalancha de chismes (que no me importan) llega este largometraje que seguro sorprenderá a los cinéfilos, porque en el Proyecto Victoria no todo es lo que parece.
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