Sueño de una tarde de debate

Llueve en la Ciudad de México, Obrador observa el agua caer sobre las jacarandas para luego correr libre por el pavimento. Sonríe. En unas horas saldrá un avión que lo transportará a Guadalajara y allí, en medio de esa lluvia que acaso ha extendido la mano para sentir, una serenidad se apodera de su estado de ánimo.

Emilio Lezama Emilio Lezama Publicado el
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Llueve en la Ciudad de México, Obrador observa el agua caer sobre las jacarandas para luego correr libre por el pavimento. Sonríe. En unas horas saldrá un avión que lo transportará a Guadalajara y allí, en medio de esa lluvia que acaso ha extendido la mano para sentir, una serenidad se apodera de su estado de ánimo.

Pocas horas después desde la pequeña ventana del avión, Andrés Manuel observa al monstruo que parece extenderse hasta el infinito, alguna vez gobernó esa ciudad. Ahora con el DF de testigo de pronto algo en él ha cambiado. Quizás es por eso que se pone a pensar y allí, en ese instante de la fila 36, asiento C, Andrés Manuel entiende lo que su desenfreno le ha impedido ver. Por su cabeza desfilan las imágenes del debate pasado, -me equivoqué -se dice a si mismo, -intentéconvencer a los que ya están convencidos.

Voltea a ver a sus acompañantes, le han dado la razón una y otra vez, pero él lo sabe, su campaña ha estado estancada, un movimiento juvenil le ha dado esperanzas pero no a base de sus propios méritos. Es como si los jóvenes hubieran estado aguardando el momento en que su campaña despertara y hartos de esperar hubiesen decidido tomar en sus propias manos el asunto.

La lluvia sigue escurriéndose por la ventana, algo alcanza a ver de su reflejo en ese vidrio, no está seguro de reconocerse, observa allí a un hombre cansado, él quisiese ver en ese reflejo a un Presidente. Y es ese pensamiento el que loretiene un largo rato mientras una sonrisa se va dibujando en su rostro.

En Guadalajara sorprenderá a todos, actuará como un verdadero hombre de Estado, debatirá como un Presidente no un líder social avejentado. Las ideas ahora le saltan como las gotas, será mejor apuntarlas: Un discurso más veloz y seguro, una imagen certera y pulcra.

Luego lo importante, lo esencial, propuestas modernas, si, ahora está convencido de que su discurso tiene que reflejar, como los jóvenes que tanto ha celebrado últimamente, el futuro y no el pasado. Justamente tendrá que convencerlos a ellos, a  los que no quieren a Peña Nieto, de votar por él. 

Para ello tendrá que modificar, pero ahora comprende que las elecciones están en sus manos. Piensa por ejemplo en los hombres que él mismo ha elegido para conformar su gabinete, lo anota, es un punto importante, habrá que recalcarlo, habrá incluso que increpar a los otros candidatos, ¿Quiénes serán los miembros de su gabinete? Está seguro que no contestarán, los exhibirá con la propiedad de un Presidente de México. Subraya esto último: Presidente de México.

Este debate será distinto, contestará con propuestas, buscará que éstas sean modernas e incluyentes; incluyente, esto también es importante y por ello lo anota. Un hombre de Estado ya no puede hablar de mafias en el poder, tendrá que llamar a la reconciliación.

Será tajante, dirá que él trabajará con los empresarios, que los incluirá, que no ahuyentará el capital y explicará de manera clara y precisa cómo logrará el crecimiento económico del país.

Y si, lo dirá con todas sus palabras para los que aún tienen dudas, -No soy chavista, no me reeligiré, no soy comunista -Esto tranquilizará a muchos. Ahora él mismo está tranquilo, la lluvia se ha detenido y el capitán ha anunciado el inminente aterrizaje,pero Obrador sabe que si sigue estas notas, que si recuerda la lluvia y el valle del Anáhuac de esa tarde, aún podrá convencer a los indecisos, ganar las elecciones y gobernar de manera digna este país que tanto ama.

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