La advertencia que hizo ayer el presidente del INEGI, de que los secuestros y extorsiones en Nuevo León están por encima de la media nacional, cayó como un balde de agua fría para el Gobierno del Estado.
Eduardo Sojo dijo esto durante su conferencia ante alumnos de la Universidad de Monterrey.
Últimamente, por estrategia, la administración del gobernador Rodrigo Medina ha tratado de mantener estos delitos fuera de la agenda y de bajo perfil.
Incluso, el procurador Adrián de la Garza ha tenido que salir a desmentir públicamente casos de secuestros con un desenlace trágico que han ocurrido en la zona rural.
El problema sigue ahí.
El maltrato al ‘Tigre’
En la política las formas son fondo y el gobernador Rodrigo Medina parece que olvidó este adagio para el cese de José Antonio González.
La manera en la que se manejó la salida de “El Tigre Toño” de la Secretaría de Desarrollo Económico no fue la adecuada para alguien que ha sido Rector de la UANL y secretario de Educación.
Es decir: González fue un alto funcionario estatal que tuvo acceso a los secretos de la administración y lo menos que ocupa hoy Rodrigo, es que se vaya con sed de venganza.
No es la primera vez que Rodrigo no cuida las formas: igual de maltratados dejó a otros priistas despedidos como Alfredo Garza, Luis Carlos Treviño y Jesus Arias.
En la política, tarde o temprano, los muertos resucitan.
Cese retumba en Rectoría
La salida de José Antonio González del Gabinete del gobernador Rodrigo Medina retumbó fuerte en la Rectoría de la UANL.
El principal afectado con el cese de “El Tigre Toño” es Rogelio Garza, actual secretario general de la UANL y quien se perfila a relevar a Jesús Áncer en la Rectoría en el 2015.
De aquí en adelante “El Ranchero” tendrá que tejer con habilidad su candidatura para que su eventual postulación no haga ruido en el Palacio de Gobierno.
Garza no es el único funcionario universitario que sale debilitado con el despido de González: huérfanos quedan también Alberto Zambrano y Francisco Barrera.
Los dos son directores muy allegados al “Tigre Toño” y considerados operadores políticos-electorales de la estructura universitaria.
Sobrina de ‘Nati’ en la Sedesol
Pablo Elizondo ha convertido la delegación de la Sedesol de Nuevo León en una agencia de empleo para “recomendadas”.
El exalcalde de Montemorelos no sólo contrató a Mariel Leal, hija de Patricia Salazar, quien es subsecretaria de Prevención del Delito del Estado y amiga del Grupo Allende.
Hoy se sabe también que “El Profepa” metió a trabajar a la delegación a María Antonieta Escamilla Maiz, sobrina del exgobernador Natividad González Parás.
Hasta hace unos meses cobraba también en la Sedesol Marla Treviño, hermana de Heriberto Treviño Cantú, exalcalde de Juárez y ahora delegado de la SCT.
A Elizondo no se le debería de olvidar que sigue en la cuerda floja y que en la Ciudad de México, en la oficina de Rosario Robles, no hay día en que no se hable de la necesidad de relevarlo del cargo.
