La llegada de Sebastián Ramírez a la subsecretaría de Turismo, tras su gestión como dirigente de Morena en la Ciudad de México, podría ser la señal que agilice las renovaciones de las dirigencias estatales del partido guinda, nos comentan. Y es que tras asumir la dirigencia nacional, Luisa María Alcalde ha estado reforzando la organización a nivel local, visitando incluso algunos de los bastiones de la oposición, pero sin entrar de lleno en detalles del proceso para la sucesión en las diversas entidades.
Por la relevancia de lo que implica la capital del país para el morenismo y con sus principales líderes ya más de lleno en el Gobierno federal, parece ser solo cuestión de tiempo para comenzar el proceso interno.
Eso sí, quienes aspiren no la van a tener nada fácil por los buenos resultados que entregó Ramírez en los últimos comicios. Veremos qué tanto pesan en las definiciones tanto la propia Alcalde, así como la presidenta Claudia Sheinbaum o la jefa de Gobierno, Clara Brugada. Porque hay dos tareas capitales en la Ciudad de México: el padrón de militantes y operar para evitar sorpresas en la intermedia, como ocurrió en 2021. Atentos.
Rocha se “envalentona”
Si el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, se mostrará con el mismo arrojo con los criminales que el que tiene para confrontar a ciudadanos, autoridades educativas, empresarios y en general a sus críticos, de verdad que otro panorama pudiera tener el estado.
El mandatario inició su semana descalificando a quienes están promoviendo la revocación de mandato en su contra y hasta de manera burlona afirmando que ayudaría a recabar las firmas. Vaya contraste para cuestionar a la sociedad civil, en contraparte con la tibieza con que enfrenta los problemas de Sinaloa, principalmente la violencia que impera desde hace ya bastantes semanas.
Pero más vale aparentar, hacer como si no estuviera en riesgo la conclusión anticipada de su sexenio, porque si se llegan a obtener las firmas para realizar el ejercicio, no luce nada descabellado que los sinaloenses le retiren el respaldo. Y eso sin contar las presiones que ya llegan desde el centro del país, nos dicen.