¡Serena, morena!

“Quiero ser la primera en felicitarte... estoy muy feliz por ti. En verdad mereces el triunfo, así que Felicidades”.

Estas fueron las primeras palabras con las que la número uno del mundo, Serena Williams inicia su pequeño en tamaño pero grande en significado, discurso al ser premiada con el trofeo de finalista, que significa el segundo lugar en el Abierto de Australia. 

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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“Quiero ser la primera en felicitarte… estoy muy feliz por ti. En verdad mereces el triunfo, así que Felicidades”.

Estas fueron las primeras palabras con las que la número uno del mundo, Serena Williams inicia su pequeño en tamaño pero grande en significado, discurso al ser premiada con el trofeo de finalista, que significa el segundo lugar en el Abierto de Australia. 

En este, el primero de los cuatro Grand Slams de la temporada 2016, Williams acepta el triunfo de Angelique Kerber, que la derrotó en tres sets (6-4, 3-6 y 6-4), después de casi tres horas de un partido intenso y dramático.

Juego de contrastes

A sus 28 años de edad, Angelique llega en la posición siete del mundo y alcanza su primera Final de Grand Slam después de casi 12 años como profesional, en los que hasta antes de este Major había  solo seis títulos, cinco en Torneos Clase Premier y dos de menor rango.

En contraste la campeonísima Serena Williams llegaba como la número uno que sigue manteniendo con una sólida ventaja, sitio que ha ostentado por 271 semanas no consecutivas a lo largo de su brillantísima carrera.

La menor de las Williams presume 91 títulos, 21 de ellos en Grand Slam, uno en Juegos Olímpicos, cuatro en el WTA Championship Tour, es algo así como la campeona de campeonas del año. 

En sus más de 15 años como profesional, sus credenciales no se discuten, es sin duda una de las más grandes de todos los tiempos, no se ve aún en el retiro, ha superado lesiones tremendas disfrutando el tenis con enorme pasión.

Sorprende desde el volado

Angelique sorprende en su estrategia desde el volado que gana y cede el derecho de sacar primero a Serena, que inicia fría, como sin haber calentado previamente.

La alemana se va con todo respondiendo con fuerza, colocación y una gran concentración y agresividad que mantuvo a lo largo del partido.

La estrategia planeada casi para cada tiro le rinde dividendos, en el primer set casi se va 4-1, Serena la alcanza para tres iguales y cuando suponíamos que hasta ahí llegaba, Angelique vuelve a meter sus tiros precisos, en el 5-4 Serena lanza un grito de rabia y frustración, señal que no pasa desapercibida en Kerber, que gana el set en solo 39 minutos.

Para el segundo set Serena regresa a su nivel, 6-4 y todo aparentemente controlado, solo que la alemana no pierde un ápice de concentración y además disfruta su juego, disminuyendo a Serena en su punto débil, su seguridad y temperamento que le traicionan. 

Quizá el juego zurdo y profundo de Angelique fue un factor extra que incomodó a Serena, lo cierto es que Angelique mete sus saques, alcanza el rompimiento clave y se lleva no solo su primer título de Grand Slam y el cheque…

¡Dos millones 350 mil dólares!

Sino además los puntos suficientes para amanecer como la número dos del mundo, aunque muchos puntos por detrás de Serena que, juego de contrastes, se lleva su cheque menor pero nada despreciable por un millón 175 mil dólares como semifinalista y además, pierde puntos en el ranking, tomando en cuenta que no pudo defender con éxito su título de este mismo torneo, el cual conquistó el año pasado.  

La Williams muy serena

No podemos dejar de lado el recordar la reacción negativa y hasta grosera de Serena el pasado septiembre cuando es derrotada en Semifinales por la italiana Roberta Vinci, que saltó a la cancha en condiciones similares a Angelique como segura víctima de la número uno del planeta y supo, al igual que la alemana, mantener serenidad, jugar al tope y más, pero siempre disfrutando y aprovechando los berrinches de Serena.

Seguramente Angelique Kerber repasó una y otra vez ese video más que ilustrativo, aunque ninguna de las dos hubiera podido vencer a Williams sin jugar un tenis casi sin errores del más alto nivel.

Derrotas igual de dolorosas para Serena, condiciones similares pero reacciones muy diferentes.

Las majaderías y berrinches que tuvo en la derrota en el US Open 2015 contrastan con su reacción triste pero positiva, reconociendo la superioridad de la alemana Angelique Kerber en esta Final del Australian Open el pasado fin de semana.

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