Ser mexiquense
Esta es la historia de personajes ilustres de mi Estado, el de México, que reafirman mi vocación y mi compromiso de ser mexicano dos veces
Columnista InvitadoLa vida me trajo al Estado de México y a Nezahualcóyotl en particular, aprendí en las calles de un municipio que se construía con el trabajo comunitario, el valor y el sentido de arraigarse en un Estado con una fuerte historia. Neza, como con cariño lo nombramos, toma su nombre del Tlatoani de Texcoco: el gobernante poeta, filósofo, arquitecto e ingeniero que hizo de Texcoco la Atenas del Anáhuac.
Ser joven no es un defecto, es una virtud por la que se aprende a vivir y a tomar conciencia de la realidad, conciencia social y política. La mía se construyó en el Estado de México, aquí he vivido en plenitud atreviéndome a saber y a actuar. Aprender en todo momento para comprender las bondades de la vida, pero también para poder dar respuesta sincera a los retos, problemas y realidades que nos duelen.
Quizá, de quien más he aprendido es de las mujeres, de su fortaleza, solidaridad, amor, inteligencia y sensibilidad como la de Sor Juana, cuyos poemas son tratados de filosofía. Primero sueño, donde describe un viaje onírico en búsqueda del conocimiento universal, ese conflicto entre los límites del entendimiento humano y el deseo de alcanzar la verdad absoluta.
Recordar es reafirmar, recordar para poder enseñar y tratar de formar ejemplaridad, algo que hoy necesitamos a raudales. Somos lo que nuestros maestros nos enseñaron, la tarea del educador es vital para enfrentar la vida y para disfrutarla, así como la asumió desde la juventud ese gran guanajuatense arraigado como yo en el Estado de México, Ignacio Ramírez el Nigromante, maestro en el Instituto Científico y Literario de Toluca de Ignacio Manuel Altamirano, indígena náhuatl que desde el estudio ha sido una de las mentes más brillantes de la historia de México: político liberal, escritor, abogado, periodista y diplomático.
Así como Félix Arenas Gasca, zapatista de Tenancingo, mi formación a lado de las comunidades campesinas de Chiapas me dio los instrumentos sociales y políticos para el trabajo social popular en Ciudad Nezahualcóyotl.
Soy economista del IPN, concibo a la economía como un instrumento para la distribución de la riqueza, para generar prosperidad compartida. Como Andrés Molina Enríquez siempre he considerado que la concentración de la tierra rural y urbana en unas cuantas manos genera las peores desigualdades. Bien afirmaba Molina Enríquez que la tenencia de la tierra es el eje central de la organización social y económica de una nación.
El arte es la esencia de la vida. El Estado de México ha sido espacio de libertad de las bellas artes. Los lienzos de José María Velazco y Luis Nishizawa, los murales de Leopoldo Flores, las composiciones de Felipe Villanueva y la maestría en el órgano de Manuel Urban.
Y cómo no citar a los grandes deportistas mexiquenses que tantas satisfacciones han dado al país: Antonio Roldán en el boxeo con su medalla de oro en 1968, Ernesto Canto en la marcha con el oro en Los Ángeles, Pilar Roldán en esgrima en 1968, Jesús Mena en clavados en Seúl, Fernando Platas en clavados en Sídney, Soraya Jiménez con su oro en Sídney, Belem Guerrero, de Neza, con su medalla de plata en ciclismo en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Esta es la historia de personajes ilustres de mi Estado, el de México, que reafirman mi vocación y mi compromiso de ser mexicano dos veces, por patria y provincia.
Posdata: Les deseo una feliz navidad y un gran año 2025, nos vemos en enero.