Se vive para contarlo: el Oscar, Súper Bowl y los eventos vírales

Santiago Guerra Santiago Guerra Publicado el
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Vivimos en una época donde, para ser reconocido, necesitamos de clicks. Donde el éxito, por lo menos en un criterio más extenso, es medible. Todas las acciones pueden ser juzgadas, calificadas o vistas.

Un evento logrará trascender únicamente si hay evidencia de su éxito

Esto aplica para cosas masivas de agenda y para fenómenos vírales inesperados, los cuales surgen del boca en boca y de momentos únicos e irrepetibles. A veces, ambas eventualidades ocurren al mismo tiempo, es decir, cosas inesperadas en eventos esperados.

En los espectáculos masivos existe la noción de éxito garantizado, mas no aplica en muchos casos.

Por ejemplo, el Súper Bowl es un evento que se sintoniza todos los años, sobre todo por el público americano. Tiene una de las audiencias más grandes en Estados Unidos por ene cantidad de razones: el deporte, el concierto del medio tiempo (normalmente un festín sin precedentes), y los anuncios cuyo presupuesto y calidad son singulares. A pesar de esos factores, no significa por obviedad que el evento sea un rotundo éxito.

Son la cantidad y cualidad de los comentarios en redes sociales, los memes y la crítica posterior las encargadas de darle un estatuto de calidad y una evidencia de su éxito.

En el partido de 2015 se habló del tiburón bailarín del show de medio tiempo de Katy Perry, un fenómeno recordado en la posteridad mediante posts, memes e incluso análisis de su protagonista. ¿En esta edición? Solo comentarios negativos: que el partido aburrido y el show soso, en donde se comenta que Adam Levine se quitó la camisa como recurso fatal para compensar su falta de fuerza interpretativa.

Incluso los costosos comerciales se pueden revisar de forma gratuita en Internet, para ir de frente hacia lo más importante para muchos.

De todos modos, hay eventos en la agenda mediática que son automáticamente estándar de muchos posts, publicaciones y discusiones.

Se vienen los premios Oscar este domingo. Un evento en donde cada año es marcado por los comentarios en redes, memes de los momentos, vestuarios de la noche y gritos enaltecidos o enfurecidos de los nominados apoyados por los internautas. Por obviedad, será uno de los trending topics del domingo. ¿Mas más allá de eso? Está por verse, porque no todas las premiaciones logran sobrepasar esa esfera de crítica, para convertirse en algo memorable

Entretener a un público cada vez más despistado y exigente es una tarea bastante complicada. La audiencia de la premación de la Academia el año pasado fue una de las más bajas, según reportes de la revista de entretenimiento Variety.

A pesar de ello, el público que prende el televisor no es señal automática de quienes están pendientes de la premiación. Existen las transmisiones por Internet, las páginas encargadas de actualizar a los ganadores además de, por supuesto, los recuentos de la velada en distintas plataformas: cómo fueron vestidos los asistentes, qué chistes o emparejamientos destacaron, qué discursos fueron los más chistosos o conmovedores…todos esos esfuerzos para triunfar en la esfera virtual.

Con tal recopilación de información el público hace un criterio para determinar qué tan formidable fue la entrega de premios tal año. Este no será la excepción

Los usuarios serán quienes den su voto para determinar la calidad o la controversia de la noche, como en el infame año en el cual se nombró a la ganadora equivocada. Ya de por sí la Academia ha dado de qué hablar en 2019, con la categoría de “Mejor Película Popular” y con las premiaciones “tras bambalinas” de premios pilares en la industria cinematográfica.

No solo estos, sino cualquier evento masivo puede ser apreciado o satanizado por el resto de los días. Sí, la gente se olvida, pero de vez en cuando, una búsqueda en Google puede revivir aquel fracaso.

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