Las denuncias sobre violaciones al derecho a la salud y la calidad deficiente en la atención médica en el país son constantes. Foto: Especial

La salud en la mira: pensamiento desiderativo y realidades en el Sistema de Salud mexicano

En el segundo paquete de designaciones de Claudia Sheinbaum se anunció al doctor David Kershenobich como el próximo Secretario de Salud

El pensamiento desiderativo, conocido también como “wishful thinking”, se refiere a la tendencia humana a creer que algo es cierto simplemente porque se desea que así sea, en lugar de basar las decisiones en evidencia objetiva y concreta.

En el vasto y complejo mundo del sector público de la salud, el deseo puede ser un arma de doble filo. Nos ayuda a plantear un mejor sistema de salud, pero también puede cegarnos ante las duras realidades que enfrentamos día a día.

En términos simples, es cuando solo vemos lo que queremos ver; pero, ¿cómo afecta esto a la salud pública en México?

La creación durante esta administración del organismo público descentralizado IMSS-Bienestar en sustitución del Instituto de Salud para el Bienestar, se ha promovido como un paso decisivo hacia la “universalidad” del sistema de salud, y ha sido ampliamente celebrado.

Cada 15 días en la conferencia “mañanera” se presentan cifras, estadísticas, remodelaciones y contratación de personal. Sin duda, se ha ampliado la oferta asistencial -lo que se quiere ver-.

Sombra

Sin embargo, la atención efectiva y de calidad a los pacientes, así como los problemas que enfrenta el personal de salud para prestar adecuadamente la atención médica -lo que no se quiere ver-, a menudo quedan en la sombra.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), bajo la dirección de Zoé Robledo, y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), liderado por María Alcalde Luján, encabezan la lista de quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Las denuncias sobre violaciones al derecho a la salud y la calidad deficiente en la atención médica son constantes -lo que no se quiere ver-.

Por otro lado, tenemos el Servicio Nacional de Salud Pública, establecido en la reforma a la Ley General de Salud de mayo de 2023 y el acuerdo de su creación publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en octubre del mismo año.

Este organismo, aunque menos publicitado, representa una transformación fundamental del modelo sanitario en México -lo que no se quiere ver-.

La verdadera pregunta es: ¿Por qué no se le da la misma atención y entusiasmo a esta reforma estructural que a la numeralia quincenal de las mañaneras?

En el mes de junio se publicó un convenio específico en el DOF, promoviendo la colaboración entre el IMSS, ISSSTE e IMSS-Bienestar para la prestación de algunos servicios médicos especializados y consulta externa de medicina general.

Este acuerdo, aunque parece una solución práctica, ignora la rectoría de la Secretaría de Salud, relegándola a un rol testimonial y, en la práctica, convierte al IMSS en el rector de facto del sistema de salud -lo que se quiere ver-.

En el segundo paquete de designaciones de Claudia Sheinbaum se anunció al doctor David Kershenobich como el próximo Secretario de Salud.

En su presentación del programa “República Sana”, el doctor destacó la importancia de la Secretaría de Salud en la normatividad y coordinación del sistema sanitario.

Sus palabras prometen un futuro en el que la Secretaría recupere su liderazgo en el sistema nacional de salud, aportando una visión amplia (no solo un enfoque medicalizado) y de largo aliento.

La próxima administración debe enfocarse en varios objetivos clave: recuperar la rectoría efectiva de la Secretaría de Salud (que al principio de la actual administración se dio), mejorar la calidad en la atención médica en todos los subsistemas de salud y coordinar su integración, y consolidar los avances del IMSS-Bienestar, especialmente en la atención primaria a la salud a través del soporte a las autoridades estatales y del Servicio Nacional de Salud Pública.

Realidades

El pensamiento desiderativo puede motivarnos, pero también puede nublar nuestro juicio. Si deseamos verdaderamente una mejor salud para todos los mexicanos, debemos enfrentar las realidades con valentía y compromiso.

La salud y bienestar de millones de mexicanos depende de las decisiones bien fundamentadas, así como de una visión clara y objetiva.

Es crucial que, como sociedad, aprendamos a ver más allá de lo que queremos ver.

Debemos escuchar y atender las quejas del equipo de salud, reconocer las deficiencias en el sistema y trabajar para crear un nuevo modelo sanitario que no solo aspire a la universalidad en números, sino que también garantice la calidad y el respeto por la dignidad de cada paciente y de cada profesional de la salud.

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