Rumbo a objetivos climáticos

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En México, los compromisos adquiridos con las contribuciones determinadas a nivel nacional del Acuerdo de París establecen que en el sector de residuos se deberán reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 12.5 por ciento respecto al 2020, por lo que es necesario instrumentar diversas medidas que logren este objetivo.

De este modo, es esencial el aprovechamiento de residuos para cumplir esta contribución, ya que al favorecer su disposición final se favorece, al mismo tiempo, la creación de rellenos sanitarios en donde se genera metano, un gas de efecto invernadero (GEI) el cual no siempre es valorizado energéticamente.

Un inadecuado aprovechamiento de residuos deriva en que haya una mayor necesidad de rellenos sanitarios y, en zonas con menor control, tiraderos a cielo abierto, sitios que se vuelven fuentes de proliferación de vectores de enfermedades y polos de pobreza; donde los recicladores urbanos o pepenadores se encuentran expuestos a riesgos de toda índole, incluidos accidentes y contagios de enfermedades como el VIH, Hepatitis o el SARS CoV-2.

Actualmente es posible identificar múltiples impactos ambientales derivados de las deficiencias en materia de separación de residuos; por ejemplo, en el ámbito climático ocurre una mayor generación de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que no se aprovechan los residuos orgánicos y al utilizar una mayor cantidad de recursos naturales. En el caso del aluminio, al usar el que proviene de reciclaje, se evita la generación de hasta 95 por ciento de emisiones por la reducción del uso de energía en su fabricación.

En el país existe un gran potencial en el mercado de residuos de aluminio para recuperación y reciclaje de casi 91 por ciento de los generados en el contexto urbano, lo cual contempla principalmente latas y un porcentaje de las corrientes de metales no ferrosos del sector construcción.

Asimismo, aprovechar los residuos mediante acciones como el reciclaje, permite evitar la realización de algunos procesos industriales intensivos en el uso de combustibles fósiles o que implican la deforestación o el cambio de uso de suelo.

No obstante, el principal reto es el alto grado de informalidad con 74 por ciento, lo cual se podría solventar al fortalecer los incentivos y transparentar los flujos de residuos con los planes de manejo colectivos, al crear programas de reciclaje inclusivo y fomentar el desarrollo de capacidades.

Es así que el aprovechamiento de residuos en un modelo circular tiene un gran potencial en cuanto a la mitigación de impactos ambientales, económicos y sociales. Además, logra la generación de un negocio compatible con el desarrollo sustentable de las empresas y la sociedad, impulsado por el establecimiento de políticas por parte del sector público.

Gloria Marina Godínez, Fundadora y Directora General de SustainLuum

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