México no tiene remedio.
Primero, porque los problemas ancestrales –opacidad, corrupción, impunidad y una democracia dirigida, entre muchos otros – son “estructurales” y las soluciones que intentan atacarlos, son coyunturales.
Vamos por partes: desde el momento en que el “vigilante” (Cámara de Diputados) de que el presupuesto de la federación y de las entidades federativas sea aplicado de manera transparente, es quien se yergue como ejemplo de la opacidad y la corrupción en el manejo de la partida presupuestal que se auto asignan los legisladores.
De septiembre del 2012 a febrero del 2013, la Junta de Coordinación Política, de la 62 Legislatura, integrada por Manlio Fabio Beltrones (PRI); Luis Alberto Villarreal (PAN); Silvano Aureoles (PRD); Alberto Anaya (PT); Ricardo Monreal (MC); Arturo Escobar (PVEM) y María Sanjuana Cerda Franco, aprobaron 660.3 millones de pesos para repartirlos entre los grupos parlamentarios que integran esa “H” Cámara baja.
Eufemísticamente, estos dineros son conocidos como “subvenciones”, las cuales de manera especial y extraña se multiplicaron en la actual legislatura, pues a fines de la anterior, este presupuesto, también opaco, fueron 80 millones de pesos.
Por cierto, la pasada legislatura, 61, durante la cual la también se disfrutó de la discrecionalidad en el reparto de esos 80 millones de pesos, la JuCoPo, estuvo integrada por Francisco Rojas (PRI); Alejandro Encinas y Armando Ríos Piter (PRD); Josefina Vásquez Mota y Francisco Ramírez Acuña (PAN); Pedro Vásquez (PT); Juan José Guerra Abud (PVEM); Pedro Jiménez León (MC) y Reyes Tamez Guerra (Panal).
En un ente legislativo, donde se supone que se “maquilan” leyes para que la sociedad mantenga la certeza de que todo debiera marchar bien y mejor por la honestidad y la transparencia de los representantes del pueblo en San Lázaro, curiosamente no existe una ley que controle la discrecionalidad y la irracionalidad en el reparto de miles de millones de pesos entre 500 diputados federales.
Es decir, el “vigilante” se despacha con azadón de adobero sin que nadie diga algo al respecto. Hasta la Auditoría Superior de la Federación se muestra indefensa e incapaz ante la rapacidad de la actitud de los diputados, rapacidad que, por cierto, es parte de la historia negra del Palacio Legislativo de San Lázaro.
De todo esto, ningún diputado se atreve a presentar alguna iniciativa para controlarle las manos al “vigilante” del presupuesto de México.
Rosario Robles, la Pepsi y Magdalena Robles
En el conflicto de intereses que ya se registra en la Cruzada contra el Hambre, nada más faltó el argentino, exlavador de coches, Carlos Ahumada.
No hace mucho, la experredista, exizquierdista y exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, Rosario Robles Berlanga, como responsable de la Secretaría de Desarrollo Social, suscribió un contrato con algunas empresas transnacionales, entre otras Pepsico, para que participen en la Cruzada contra el Hambre.
Hasta aquí, todo iba mal. Luego, las cosas se pusieron peor.
Es curioso que, además de La Cruzada contra el Hambre, en los últimos días se haya puesto en marcha otra Cruzada, pero contra la obesidad.
Pero, resulta más curioso que una corporación como Pepsico, que se ha distinguido por promover y fomentar el consumo de alimentos “chatarra” se haya integrado a la lucha contra el hambre.
El asunto entre Rosario Robles y Pepsico, se pone mucho peor, cuando en Estados Unidos, esta transnacional enfrenta acusaciones muy graves:
-Dicen y se ha publicado que, en agosto del 2010, Pepsico firmó un acuerdo por cuatro años con Senomyx para desarrollar endulzantes potenciados para sus bebidas.
-Pepsico paga, por esta investigación, 30 millones de dólares.
-Muchas de las patentes de Senomyx “involucran a la línea celular de fetos abortados con el código HEK-293, originada a partir de células de los riñones”.
-El grupo provida de Florida, (Children of God for Life), escribió a ambas empresas (Pepsico y Senemyx) en protesta por estas investigaciones. Senomyx no contestó, pero Pepsico sí lo hizo, señalando que las investigaciones darían como resultado productos “de gran sabor y con menos calorías”.
Ahhh, faltaba mencionar que Magdalena Robles Berlanga, hermana de la titular de la Secretaría de Desarrollo Social, es Asociada Senior de la Consultoría Guerra Castellanos y, además, es publicista de Pepsico.